Estamos revisando algunas traducciones.
Gracias por tu comprensión.
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¿Quién enseña al alma sino Dios?
Nunca dejes de rezar, y si encuentras sequedad y dificultad, persevera en ello precisamente por esta razón. Dios a menudo desea ver qué amor tiene tu alma, y el amor no se prueba por la facilidad y satisfacción.
Es una gran sabiduría saber cómo guardar silencio y no fijarse en los comentarios, las acciones ni las vidas de los demás.
Un cristiano siempre debe recordar que el valor de sus buenas obras no se basa en su número y excelencia, sino en el amor de Dios que lo impulsa a hacer estas cosas.
Dios guía a cada alma por un camino separado.
Si pierdes una oportunidad serás como el que deja volar al pájaro; nunca la recuperarás.
En la tribulación, acércate inmediatamente a Dios con confianza, y recibirás fuerza, iluminación e instrucción.
La obediencia es una penitencia de razón y, por esa razón, un sacrificio más aceptable que todas las penitencias corporales y mortificaciones.
Vive en fe y esperanza, aunque sea en la oscuridad, porque en esta oscuridad Dios protege el alma. Echa tu carga sobre Dios, porque eres suyo y Él no te olvidará. No pienses que Él te dejará solo, porque eso sería faltarle.
Que todos encuentren COMPASIÓN en TI.
La contemplación no es más que una secreta, pacífica y amorosa infusión de Dios, que, si se admite, encenderá el alma con el Espíritu del amor.
Por suave que hablemos, Dios está tan cerca de nosotros que puede oírnos; no necesitamos alas para ir en busca de Él, sino simplemente buscar soledad y contemplarlo dentro de nosotros mismos, sin sorprendernos de encontrar allí a tan buen Huésped.
El amor no consiste en sentir grandes cosas, sino en tener gran desapego y en sufrir por el Amado. El alma que está atada a algo, por mucho bien que haya en ello, no llegará a la libertad de la unión divina. Porque, ya sea una cuerda de alambre fuerte o un hilo delgado y delicado que sujeta al pájaro, no importa, si realmente lo sostiene; porque hasta que la cuerda se rompa, el pájaro no puede volar.
Que mi alma viva como si estuviera separada de mi cuerpo.
Por muy altos sean tus esfuerzos, si no renuncias y subyugas tu propia voluntad, si no te olvidas de ti mismo y de todo lo que te pertenece, no avanzarás ni un paso en el camino hacia la perfección.
Toma a Dios por tu esposo y amigo y camina con él continuamente, y no pecarás y aprenderás a amar, y las cosas que debes hacer prosperarán para ti.
Mi única ocupación es el amor.
Todos los poderes del alma y el cuerpo, la memoria, el entendimiento, la voluntad, los sentidos interiores y exteriores, los deseos del espíritu y de los sentidos, todo trabaja en y por el amor.
El que evita la oración está evitando todo lo que es bueno.
El que ama no se avergüenza ante los hombres de lo que hace por Dios, ni lo oculta por vergüenza aunque todo el mundo lo condene.
Permanece en paz, elimina las preocupaciones, no tomes en cuenta lo que sucede, y servirás a Dios según su buena voluntad y descansarás en Él.
No dejes que tu "ojo" sea atraído por las falsas "luces de los faros" - la riqueza, la posición, la fama o las posesiones. Sé vigilante sobre tu voluntad y deseos, pues son estas las fuerzas corruptas que habitan dentro de ti y te impiden vivir libre.
En el crepúsculo de la vida, Dios no nos juzgará por nuestras posesiones terrenales ni por el éxito humano, sino por cuánto hemos amado.