Nuestro Señor es la raíz de donde crece nuestra oración, y en su amor y gracia Él mismo nos da nuestras oraciones.

Nuestro Salvador es nuestra verdadera Madre en quien nacemos sin fin y de quien nunca saldremos.

Los dadores alegres no cuentan el costo de lo que dan. Sus corazones están puestos en agradar y alegrar a la persona a quien se le da el regalo.

Lo que es imposible para ti no es imposible para mí: guardaré mi palabra en todas las cosas y haré que todo esté bien.

Dios quiere ser visto y ser buscado: ser acogido y ser confiado.

Nuestra vida está completamente fundada y arraigada en el amor, y sin amor no podemos vivir.

Dios nos amó antes de hacernos; y su amor nunca ha disminuido y nunca lo hará.

... nuestra voluntad natural es tener a Dios, y la Buena Voluntad de Dios es tenernos; y nunca dejaremos de desear ni de anhelar hasta que Lo tengamos en la plenitud del gozo: y entonces ya no desearemos.

Él aparecerá repentinamente y con dicha a todos los que lo aman.