La famosa instrucción de Bhagavan 'summa iru' [mantente quieto] se malinterpreta a menudo. No significa que debes estar físicamente inmóvil; significa que siempre debes permanecer en el Ser... En sattva guna [un estado de quietud y claridad mental] hay quietud y armonía. Si la actividad mental es necesaria mientras uno está en sattva guna, se lleva a cabo. Pero el resto del tiempo hay quietud... Si sattva guna predomina, uno experimenta paz, dicha, claridad y ausencia de pensamientos errantes. Esa es la quietud que Bhagavan prescribió.

Hay que mantener la atención en el Ser si se quiere progresar en el camino espiritual.

De la misma manera, la mente es solo un área de oscuridad autoinfligida en la que la luz del Ser ha sido deliberadamente apagada.

Si tienes problemas con tu entusiasmo por la sadhana, simplemente di: 'Puedo estar muerto en siete días'. Deja ir todas las cosas que pretendes que son importantes en tu vida diaria y, en su lugar, enfócate en el Ser durante veinticuatro horas al día. Hazlo y verás qué pasa.

Recuerda que nada de lo que ocurre en la mente es 'tú', y nada de ello es asunto tuyo. No tienes que preocuparte por los pensamientos que surgen dentro de ti. Es suficiente que recuerdes que los pensamientos no son tú.

En cada momento solo tienes una elección real: ser consciente del Ser o identificarte con el cuerpo y la mente.

Cuando el rechazo de las actividades mentales se vuelva continuo y automático, comenzarás a tener la experiencia del Ser.

La autoindagación debe realizarse continuamente. No funciona si la consideras una actividad a tiempo parcial.

Si puedes abandonar la dualidad, solo queda Brahman, y sabes que tú eres ese Brahman, pero para hacer este descubrimiento se requiere meditación continua. No asignes períodos de tiempo para esto. No lo consideres algo que haces cuando te sientas con los ojos cerrados. Esta meditación debe ser continua. Hazlo mientras comes, caminas e incluso hablas. Debe continuar todo el tiempo.

Sadhana es un campo de batalla. Tienes que estar vigilante. No aceptes creencias equivocadas y no te identifiques con los pensamientos entrantes que te causarán dolor y sufrimiento. Pero si estas cosas empiezan a suceder, lucha afirmando: 'Soy el Ser; Soy el Ser; Soy el Ser;'. Estas afirmaciones disminuirán el poder de las flechas del 'Soy el cuerpo' y finalmente te blindarán tan eficazmente que los pensamientos 'Soy el cuerpo' que lleguen a ti ya no tendrán el poder de tocarte, afectarte ni hacerte sufrir.

Una fuerte determinación para seguir la investigación de esta manera disolverá todas las dudas. Al cuestionar "¿Quién soy yo?" y meditar constantemente, uno llega a la claridad del ser. Mientras las vasanas sigan existiendo, se elevarán y cubrirán la realidad, oscureciendo la conciencia de ella. Cada vez que te des cuenta de ellas, pregunta: "¿A quién vienen?" Esta continua investigación te establecerá en tu propio Ser y no tendrás más problemas. Cuando sepas que la serpiente de la mente nunca existió, cuando sepas que la cuerda de la realidad es todo lo que existe, las dudas y los miedos ya no te molestarán.

Ve profundamente en este sentimiento de 'Yo'. Sé consciente de él tan fuerte e intensamente que ningún otro pensamiento tenga la energía de surgir y distraerte. Si mantienes este sentimiento de 'Yo' lo suficientemente largo y fuerte, el falso 'Yo' desaparecerá, dejando solo la conciencia ininterrumpida del verdadero 'Yo', la conciencia misma.

En una fortaleza real, los ocupantes necesitan un suministro continuo de alimentos y agua para resistir un asedio. Cuando los suministros se agotan, los ocupantes deben rendirse o morir. En la fortaleza de la mente, los ocupantes, que son pensamientos, necesitan un pensador que les preste atención y se entregue a ellos.

Si el pensador retiene su atención de los pensamientos emergentes o los desafía antes de que tengan la oportunidad de desarrollarse, todos los pensamientos morirán de inanición. Los desafías preguntándote repetidamente: '¿Quién soy yo? ¿Quién es la persona que tiene estos pensamientos?' Para que el desafío sea efectivo, debes hacerlo antes de que el pensamiento emergente tenga la oportunidad de desarrollarse en una corriente de pensamientos.

Cuando hayas sellado la mente de esta manera, desafía cada pensamiento emergente al aparecer preguntando: '¿De dónde vienes?' o '¿Quién es la persona que tiene este pensamiento?' Si puedes hacer esto continuamente, con plena atención, los nuevos pensamientos aparecerán momentáneamente y luego desaparecerán.

Bhagavan dijo que deberíamos aplicar estas mismas tácticas a la mente. ¿Cómo hacerlo? Sella las entradas y salidas de la mente no reaccionando a pensamientos emergentes o impresiones sensoriales. No dejes que nuevas ideas, juicios, gustos, aversiones, etc., entren en la mente ni permitas que los pensamientos emergentes florezcan y escapen a tu atención.

Cuando digo "Medita sobre el Ser" te estoy pidiendo que seas el Ser, no que pienses en él. Sé consciente de lo que queda cuando los pensamientos se detienen. Sé consciente de la conciencia que es el origen de todos tus pensamientos. Sé esa conciencia.

Los pensamientos que vienen y van no son tú. Lo que sea que venga y se vaya no eres tú. Tu realidad es la paz. Si no olvidas eso, será suficiente.

La atención continua solo vendrá con una larga práctica. Si eres verdaderamente vigilante, cada pensamiento se disolverá en el momento en que aparezca. Pero para alcanzar este nivel de desasociación, no debes tener ningún apego. Si tienes el más mínimo interés en un pensamiento en particular, evitará tu atención, se conectará con otros pensamientos y tomará el control de tu mente durante unos segundos. Esto sucederá más fácilmente si estás acostumbrado a reaccionar emocionalmente ante un pensamiento en particular.

No hay nada de malo en mirar la foto de Bhagavan. Es una práctica muy buena. Pero no debes desviarte de tu objetivo principal, que es establecerte como conciencia. No te apegues a estados de dicha ni les des prioridad sobre la búsqueda del Ser.

Tu necesidad última es establecerte en la paz inmutable del Ser. Para ello tienes que abandonar todos los pensamientos.

Si puedes aferrarte a este conocimiento ‘Yo soy el Ser’ en todo momento, no es necesaria más práctica.

La meditación debe ser continua. El flujo de la meditación debe estar presente en todas tus actividades. Con práctica, la meditación y el trabajo pueden ir simultáneamente.