Estamos revisando algunas traducciones.
Gracias por tu comprensión.
Estamos revisando algunas traducciones.
Gracias por tu comprensión.
Sigamos adelante en paz, nuestros ojos puestos en el cielo, el único objetivo de nuestros trabajos.
Por encima de las nubes, el cielo siempre es azul.
El amor nos consume solo en la medida de nuestra entrega.
Sentí que era mejor hablar con Dios que sobre Él.
Preferiría mil veces recibir reproches que dárselos a otros.
Los sufrimientos llevados con gusto por otros convierten a más personas que los sermones.
El tiempo no es más que una sombra, un sueño; ya Dios nos ve en gloria y se alegra de nuestra eterna beatitud. ¡Cuánto ayuda a mi alma este pensamiento! Entonces entiendo por qué nos deja sufrir.
Recuerda que nada es pequeño a los ojos de Dios. Haz todo lo que hagas con amor.
El silencio hace bien al alma.
Ve a la Santa Comunión con frecuencia. ¡Ve muy a menudo! Este es tu único remedio.
Sin amor, las obras, incluso las más brillantes, no cuentan como nada.
A pesar de esta prueba, que me quita todo disfrute, no puedo dejar de clamar: '¡Señor, me llenas de gozo en todo lo que haces! ¿Acaso hay una alegría mayor que sufrir por amor?'
Cuando la Caridad está profundamente arraigada en el alma, se muestra exteriormente: hay una manera tan graciosa de rechazar lo que no podemos dar, que el rechazo complace tanto como el regalo.
El amor perfecto significa soportar las imperfecciones de los demás, no sorprenderse por sus debilidades, encontrar aliento incluso en la más mínima evidencia de buenas cualidades en ellos.
En la prueba o dificultad, recurro a Madre María, cuyo solo mirar es suficiente para disipar todo miedo.
¿Te das cuenta de que Jesús está allí en el sagrario expresamente para ti, solo para ti? Él arde con el deseo de venir a tu corazón... no escuches al demonio, ríete de él y ve sin miedo a recibir al Jesús de la paz y el amor.
Mira Su adorable rostro. Mira Sus ojos vidriosos y hundidos. Mira Sus heridas. Mira a Jesús a la cara. Allí verás cómo Él nos ama.
El Cielo para mí está oculto en una pequeña Hostia donde Jesús, mi Esposo, está velado por amor. Voy a ese Divino Horno para sacar vida, y allí mi Dulce Salvador me escucha día y noche.
La vida es solo un sueño: pronto despertaremos. ¡Y qué gozo! Cuanto mayores sean nuestros sufrimientos, mayor será nuestra gloria ilimitada. ¡Oh! no dejemos que se desperdicie la prueba que Jesús nos envía.
La gran mayoría de los hombres usa sus propias ideas miope como una vara de medir la omnipotencia divina.
Lo que lo ofende y lo que hiere Su Corazón es la falta de confianza... Tu corazón está hecho para amar a Jesús, para amarlo apasionadamente... ¡Solo tenemos los cortos momentos de nuestra vida para amar a Jesús!
El mayor honor que Dios puede hacer a un alma no es darle mucho, sino pedirle mucho.
Él ansía darnos una recompensa magnífica. Sabe que el sufrimiento es el único medio para prepararnos para conocerlo como Él se conoce a sí mismo, y para convertirnos en divinos.