Estamos revisando algunas traducciones.
Gracias por tu comprensión.
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Embelleced vuestras lenguas, ¡oh pueblo!, con la veracidad, y adornad vuestras almas con el ornamento de la honestidad. Cuidaos, ¡oh pueblo!, de no actuar con traición hacia nadie.
La palabra de Dios es una lámpara, cuya luz son estas palabras: Vosotros sois los frutos de un solo árbol, y las hojas de una sola rama. Tratad unos con otros con el máximo amor y armonía... Tan poderoso es la luz de la unidad que puede iluminar toda la tierra.
Que tu ojo sea casto, tu mano fiel, tu lengua veraz y tu corazón iluminado.
Cada época tiene su propio problema, y cada alma su aspiración particular. El remedio que el mundo necesita en sus aflicciones actuales nunca puede ser el mismo que el que una época posterior pueda requerir. Preocúpate ansiosamente por las necesidades de la época en la que vives y centra tus deliberaciones en sus exigencias y requisitos.
¡Oh hijos de los hombres! El propósito fundamental que anima la Fe de Dios y Su Religión es salvaguardar los intereses y promover la unidad de la raza humana, y fomentar el espíritu de amor y fraternidad entre los hombres.
Dedicad los preciosos días de vuestra vida a la mejora del mundo.
No atribuyas a ninguna alma lo que no quisieras que se te atribuya a ti, y no digas lo que no haces.
Hazte cuenta de ti mismo cada día antes de que seas convocado a rendir cuentas; porque la muerte, inesperada, vendrá sobre ti y serás llamado a rendir cuentas por tus actos.
Decid: ¡oh hermanos! Que vuestros adornos sean los hechos, no las palabras.
Una persona agradecida lo es en todas las circunstancias. Un alma quejumbrosa se queja incluso en el paraíso.
No debe enorgullecerse aquel que ama a su país, sino aquel que ama al mundo entero.
Que vuestra visión abarque el mundo, en lugar de limitarse a vosotros mismos.
El Verdadero Buscador debe, antes que nada, purificar su corazón.
El hombre es como el acero, cuya esencia está oculta: a través de la amonestación y la explicación, el buen consejo y la educación, esa esencia saldrá a la luz. Si, sin embargo, se le permite permanecer en su estado original, la corrosión de los deseos y apetitos lo destruirá eficazmente.
Todos los pueblos y naciones son una sola familia, los hijos de un mismo Padre, y deben ser entre sí como hermanos y hermanas.
Inclinad vuestras mentes y voluntades a la educación de los pueblos y linajes de la tierra, para que tal vez las disensiones que la dividen sean borradas de su rostro, a través del poder del Más Grande Nombre, y toda la humanidad se convierta en los defensores de un solo Orden, y los habitantes de una sola Ciudad.
Sé generoso en la prosperidad y agradecido en la adversidad. Sé justo en tu juicio y cauteloso en tu habla. Sé una lámpara para aquellos que caminan en la oscuridad y un hogar para el extraño. Sé ojos para los ciegos y luz que guía los pies de los errantes. Sé un soplo de vida para el cuerpo de la humanidad, un rocío para el suelo del corazón humano y un fruto sobre el árbol de la humildad.
Sabe que cada estrella fija tiene sus propios planetas, y cada planeta sus propias criaturas, cuyo número nadie puede calcular.
Sé generoso en la prosperidad, y agradecido en la adversidad.
Cada época tiene su propio problema, y cada alma su aspiración particular.
Si la fragancia de Tu alabanza se esparciera por cualquiera de las diversas lenguas del mundo, ya sea del Este o del Oeste, verdaderamente sería valorada y enormemente apreciada.
Si la prosperidad te acontece, no te regocijes, y si te sobreviene la humillación, no te aflijas, porque ambas pasarán y ya no serán.
Estad ansiosamente preocupados por las necesidades de la época en que vivís, y centrad vuestras deliberaciones en sus exigencias y requisitos.