El amor es nuestra verdadera naturaleza. Cuando no expresamos amor en nuestras palabras y acciones, es como miel escondida en una roca.
Así como la armadura protege al soldado, el conocimiento espiritual nos protege de las dificultades de la vida.
No tenemos nada que perder al confiar en el poder infinito del Ser, excepto las cadenas de nuestra propia ignorancia.
Nadie quiere dejar ir el ego; es tan precioso para todos. Sin embargo, una vez que hayas alcanzado un estado de ausencia de ego, el mundo no desaparecerá, como podrías pensar. El mundo continuará, pero se producirá un cambio dentro de ti. Algo se descubrirá. Comenzarás a ver todo con el asombro e inocencia de un niño.
Mientras llevas responsabilidades, nunca olvides sonreír.
La muerte no es una aniquilación completa. Es una pausa. Es como presionar el botón de pausa en una grabadora.
El amor sostiene todo.
Cada ser viviente en la naturaleza es parte del cuerpo de Dios.
Si tienes paciencia, también tendrás amor. La paciencia lleva al amor.
Lo que necesitamos es paz mental. Solo podemos lograr eso a través del control de nuestra mente.
Cuando lleguemos a saber quiénes somos realmente, nos veremos en todas las personas.
Nuestro dharma supremo es la auto-realización. Los pensamientos y acciones que apoyan nuestra evolución espiritual son el verdadero dharma.
Cuanto más intelectual eres, más egoísta te vuelves, y rendirse se hace más difícil.
En esta era de egoísmo, el servicio desinteresado es el único jabón que verdaderamente purifica.
Trata de pasar al menos 2 o 3 días cada mes en un ashram. Solo respirar el aire puro allí purificará y fortalecerá nuestros cuerpos y mentes. Al igual que recargar las baterías, incluso después de regresar a casa podremos continuar con nuestra meditación y japa.
Desarrolla la habilidad de mantenerte al margen como testigo de tus pensamientos. Esto fortalecerá tu mente.
La belleza y el encanto del amor y el servicio desinteresado no deben desaparecer de la faz de la tierra. El mundo debe saber que una vida de dedicación es posible, que una vida inspirada por el amor y el servicio a la humanidad es posible.
Demasiada preocupación por la seguridad física y poca preocupación por la espiritualidad es la característica del mundo actual.
Considera cualquier trabajo que hagas como trabajo proveniente de la voluntad de Dios.
Así como nuestros cuerpos necesitan comida adecuada para vivir y desarrollarse, nuestras almas necesitan amor para florecer. La fuerza y el alimento que el amor puede darle a nuestra alma son incluso más potentes que el poder alimentador de la leche materna para un bebé.
Donde hay amor, la distancia no importa.
Consolar un alma miserable, secar las lágrimas de una persona que llora es mayor que cualquier logro mundano.
El amor y los valores espirituales recibidos de los padres son los activos más fuertes para que un niño enfrente las diversas pruebas de la vida adulta.