Ya sea que consideremos el nivel individual, familiar, local, nacional o internacional, la paz debe surgir de la paz interior. Por ejemplo, hacer oraciones por la paz mientras se sigue albergando ira es inútil. Entrenar la mente y superar la ira es mucho más efectivo que la mera oración. La ira, el odio y los celos nunca resuelven los problemas, solo el afecto, la preocupación y el respeto pueden hacerlo.

La creatividad tiene dos posibilidades. Una es que surja de tu silencio, amor, comprensión, claridad de visión, tu íntima amistad con la existencia; entonces la creatividad es saludable. Pero si no surge de la meditación, del silencio, de la paz, de la comprensión y del amor, entonces hay un peligro. Puede surgir de tu mente confundida. Puede surgir de tu locura.

Para aquellos que no tienen fe en Dios, el miedo es una forma de protección. Pero si la fe es fuerte, no hay ansiedad por algo en peligro.

La ira, el ego, los celos son las enfermedades más grandes. Mantente alejado de estas tres enfermedades.

La ira mata tanto la risa como la alegría; ¿Qué enemigo más grande hay que la ira?

La ira engendra más ira, y el perdón y el amor conducen a más perdón y amor.

Nunca ayuda trazar una línea y descartar a algunas personas como enemigos, incluso aquellos que actúan violentamente. Debemos acercarnos a ellos con amor en nuestros corazones y hacer lo mejor posible para ayudarles a moverse hacia la dirección de la no violencia. Si trabajamos por la paz desde el enojo, nunca tendremos éxito. La paz no es un fin. Nunca puede lograrse a través de medios no pacíficos.

El gurú no es el objetivo. Cualquiera que se establezca como un gurú para ser adorado no es un gurú. El gurú es como un bote para cruzar el río. Es importante tener un buen bote, y es muy peligroso tener un bote que tenga fugas. El bote te lleva a través del río. Cuando el río está cruzado, el bote ya no es necesario. No te aferras al bote después de completar el viaje, y ciertamente no adoras el bote.

Cuando quieres volverte libre, tu rectitud y enojo son mucho menos interesantes de lo que solían ser.

Un enemigo externo existe solo si hay ira dentro.

Eres el Ser Supremo, y sin embargo, al pensar que eres separado de él, luchas por unirte a él. ¿Qué hay más extraño que esto?

Puedes ver todo el universo en una mandarina. Cuando la pelas y la hueles, es maravillosa. Puedes tomarte tu tiempo comiendo una mandarina y ser muy feliz.

Un ser bendito e indestructible no tiene problemas él mismo ni causa problemas a ningún otro ser; por lo tanto, está libre de ira y parcialidad, porque todas esas cosas implican debilidad.

A través de la evolución espiritual, uno se libera de la tortura de la pasión, la ira y la codicia.

Tu deseo de perfección es la causa de la ira. Deja espacio para la imperfección. La perfección en acción es casi imposible.

No es solo el deseo lo que uno debe temer en la vida del mundo. También está la ira. La ira surge cuando se colocan obstáculos en el camino del deseo.

La oposición es peligrosa para la inmortalidad.

Pensar en objetos, el apego a ellos se forma en el hombre. Del apego nace el deseo, y del deseo crece la ira.

Solo los seres humanos pueden cambiar sus malas costumbres, sus altibajos, trampas, deficiencias, ira, orgullo: todas sus malas cualidades. Entonces pueden experimentar su propia naturaleza divina.

Reconoce la Luz dentro de todos, y no consideres la clase social ni el estatus; no hay extraños en la casa de Dios.

No miraría a la ira como algo ajeno a mí que tengo que luchar. Debo tratar mi ira con cuidado, con amor, con ternura, con no violencia.

Tu amor nunca debe ser ofrecido a la boca de un extraño, solo a alguien que tenga el valor y la osadía de cortar pedazos de su alma con un cuchillo y luego tejerlos en una manta para protegerte.

La libertad excesiva y la servidumbre excesiva son igualmente peligrosas y producen casi el mismo efecto.