Los animales también experimentan tristeza, amor, ira y otras emociones.

El que es amable con los animales, el cielo lo protegerá.

Cuando la religión deje de hablar de animales, todo irá cuesta abajo.

Como seres humanos, cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de cuidar a la humanidad. Expresar preocupación por los demás aporta fuerza interior y satisfacción profunda. Como animales sociales, los seres humanos necesitan amistad, pero la amistad no proviene de la riqueza ni del poder, sino de mostrar compasión y preocupación por los demás.

La mayoría de los animales carnívoros no comen todos los días, ¡definitivamente no tres veces al día! Saben que los alimentos que ingieren se mueven muy lentamente a través de sus tractos.

Los seres humanos no son intrínsecamente egoístas, lo que nos aísla de los demás. Somos esencialmente animales sociales que dependemos de otros para satisfacer nuestras necesidades. Alcanzamos la felicidad, la prosperidad y el progreso a través de la interacción social. Por lo tanto, tener una actitud amable y servicial contribuye a nuestra propia felicidad y la de los demás.

A veces casi todos nosotros envidiamos a los animales. Ellos sufren y mueren, pero no parecen hacer de ello un "problema".

Hay una amenaza creciente para el medio ambiente, para la vegetación, los animales, el agua y el aire. Las Sagradas Escrituras nos dan la imagen de Caín que rechaza su responsabilidad: '¿Soy yo el guardián de mi hermano?' La Biblia muestra a la persona humana como el guardián de su hermano y el custodio de la creación que le ha sido confiada.

Sobre el amor, no hacer daño a los demás y respetar a todos los seres. Incluso los animales tienen estos elementos en sus patrones de comportamiento. Debemos empezar observando cómo actúan los animales. Son honestos y aprecian cuando somos honestos con ellos. Si presentas algo bonito a un animal en una mano mientras escondes una cuerda en la otra, la criatura conocerá tu intención. Sin embargo, los animales no tienen religión ni constitución. La naturaleza básica les ha otorgado la facultad de discernir. Lo mismo ocurre con los humanos.

Cuando el cuerpo humano mismo está hecho de carne, ¿dónde está la necesidad de consumir la carne de aves y animales? Debes consumir solo comida sagrada. Solo entonces tendrás sentimientos sagrados.

¡Cuántas veces hemos recogido en las calles seres humanos que habían estado viviendo como animales y deseaban morir como ángeles!

El asombro, y su expresión en la poesía y las artes, son algunas de las cosas más importantes que parecen distinguir a los hombres de otros animales, y a las personas inteligentes y sensibles de los idiotas.

No hay diferencia entre la preocupación de una madre humana y una madre animal por su descendencia. El amor de una madre no proviene del intelecto, sino de las emociones, tanto en los animales como en los humanos.

El pez en el agua está en silencio, los animales en la tierra son ruidosos, el pájaro en el aire está cantando. Pero el hombre tiene en él el silencio del mar, el ruido de la tierra y la música del aire.