Cuando te conozcas a ti mismo verdaderamente tal como eres, conocerás la realidad ... Nuestra realidad es la realidad última. Dios es nuestra propia realidad. Tú eres Brahman. Esta es la realidad última.

Las Upanishads contienen quizás las enseñanzas vivas más antiguas sobre la espiritualidad. Espiritualidad en su forma más original y fresca... La enseñanza básica de las Upanishads es que hay una realidad última: este mundo que experimentamos y cómo nos experimentamos a nosotros mismos son manifestaciones de esa realidad. Somos esa realidad. Si tan solo conociéramos nuestra verdadera naturaleza, nos daríamos cuenta de que somos esa realidad absoluta. Esa realidad absoluta en las Upanishads se llama ‘Brahman’. Brahman literalmente significa ‘lo vasto’. Esa es la palabra más cercana que tienes en Vedanta a Dios.

Solo aquel que está bien establecido en la etapa de nirvikalpa samadhi es un yogui iluminado, y solo tal yogui puede guiar verdaderamente a otros aspirantes. Tal yogui está más allá del vínculo del espacio, el tiempo y la causalidad, y siempre está libre, porque es posible para él permanecer disuelto en brahman y, sin embargo, regresar a la conciencia normal.

Brahman está más allá de la mente y el habla, más allá de la concentración y la meditación, más allá del conocedor, lo conocido y el conocimiento, más allá incluso de la concepción de lo real y lo irreal. En resumen, está más allá de toda relatividad.

¿Adónde irás a buscar a Brahman? Él está inmanente en todos los seres. ¡Aquí, aquí está el Brahman visible! ¡Vergüenza de aquellos que, descuidando al Brahman visible, ponen su mente en otras cosas! ¡Aquí está el Brahman visible ante ti, tan tangible como una fruta en la mano! ¿No lo ves? ¡Aquí - aquí - está Brahman!

Aquellos que lo conocen (Brahman) se vuelven inmortales.

La palabra “devoción” no puede aplicarse a nada más que a ‘Krishna’. ‘Krishna’ es el único objeto de devoción. Brahman es el objeto de conocimiento, Paramatma es el objeto de cercanía, pero Krishna es el único objeto de servicio.

Así como el sol y su energía son uno, Brahman y los elementos también son uno.

En la cavidad del Corazón, el único Brahman como un 'Yo' que persiste siempre brilla directamente en la forma del Ser. Entra en el Corazón, con la mente en busca o en un descenso más profundo. O por la restricción del movimiento de la vida, mantente firmemente en el Ser.

Después de conocerlo (Brahman), uno no se mancha por la acción pecaminosa.

Que Él, quien es el Brahman de los hindúes, el Ahura-Mazda de los zoroastrianos, el Buda de los budistas, el Jehová de los judíos, el Padre Celestial de los cristianos, te dé fuerza para llevar a cabo tu noble idea.

Diferentes personas llaman a [Dios] por diferentes nombres: algunos como Alá, otros como Dios, y otros como Krishna, Shiva y Brahman. Es como el agua en un lago. Algunos la beben en un lugar y la llaman 'jal', otros en otro lugar y la llaman 'pani', y otros más en otro lugar y la llaman 'agua'. Los hindúes la llaman 'jal', los cristianos 'agua' y los musulmanes 'pani'. Pero es lo mismo.