Las enseñanzas básicas de Buda tratan sobre comprender lo que somos, quiénes somos, por qué somos. Cuando comenzamos a darnos cuenta de lo que somos, quiénes somos, por qué somos, entonces comenzamos a darnos cuenta de lo que no somos, quiénes no somos, por qué no somos. Comenzamos a darnos cuenta de que ya no tenemos un terreno básico, sustancial, sólido y fundamental sobre el que podamos actuar. Comenzamos a darnos cuenta de que nuestras ideas de seguridad y nuestro concepto de libertad han sido experiencias puramente fantasmales.

Acepta la vida tal como viene y la muerte tal como viene. La muerte es realmente hermosa; si fuera algo malo, Dios no lo permitiría. Es realmente libertad, una entrada a otra vida más alta. Debemos utilizar esta vida para realizar la vida más allá de esta. Más allá de este jardín terrenal está la tierra infinita en la que encontramos a aquellos que pensábamos perdidos. Aunque no debemos buscar la muerte, cuando llega debemos saber que es el examen final para una gran recompensa.

La forma humana es más alta que la forma angelical; de todas las formas es la más alta. El hombre es el ser más alto de la creación, porque aspira a la libertad.

Para mí la espiritualidad necesita una individualidad honesta. No permite ningún tipo de dependencia. Crea una libertad para sí misma, cueste lo que cueste. Nunca está en la multitud, sino sola, porque la multitud nunca ha encontrado ninguna verdad. La verdad solo se encuentra en la soledad de las personas.

Haz lo Universal personal y te volverás más rico, sabio y fuerte. Haz lo personal Universal y encontrarás libertad, compasión y amor.

Aquieta la mente burbujeante; en ella yace la libertad y la felicidad eterna.

Sin libertad del pasado, no hay libertad para todos.

La libertad es estar libre de apegos, y el principal apego es al 'yo'.

El amor no reclama posesión, sino que da libertad.

La libertad y el amor van juntos. El amor no es una reacción. Si te amo porque me amas, eso es simple comercio, algo que se compra en el mercado; no es amor. Amar no es pedir nada a cambio, ni siquiera sentir que estás dando algo, y solo tal amor puede conocer la libertad.

La libertad es el mayor fruto de la autosuficiencia.

¡No tengas miedo de ser santo! Ten el coraje y la humildad para presentarte al mundo decidido a ser santo, ya que la verdadera libertad plena nace de la santidad.

En ese poder del autocontrol yace la semilla de la libertad eterna.

Si somos prisioneros, ¿cómo nos liberamos? ¿Cuánto tiempo debemos permanecer en prisión? Con determinación firme debemos lograr el verdadero espíritu de libertad a través de la contemplación adecuada, el pensamiento correcto y la acción y vida rectas. De lo contrario, de vida en vida, permaneceremos atados por nuestro karma.

Al mirar profundamente a la vida tal como es en este mismo momento, el meditador habita en la estabilidad y la libertad.

Hay libertad cuando te das cuenta de que eres solo un testigo de todo lo que está sucediendo.

La libertad no es una reacción; la libertad no es una elección. La libertad se encuentra en la conciencia sin elección de nuestra existencia y actividad diarias.

La fe consciente es libertad. La fe emocional es esclavitud. La fe mecánica es necedad.

La verdadera alegría significa expansión inmediata. Si experimentamos alegría pura, de inmediato nuestro corazón se expande. Sentimos que estamos volando en el cielo de la libertad divina. Toda la longitud y amplitud del mundo se convierte en nuestra, no para gobernar, sino como una expansión de nuestra conciencia. Nos convertimos en realidad y vastedad.

Los derechos humanos significan proteger la libertad de otro, ver que la otra persona también es como uno mismo. Los derechos humanos son dar seguridad a los demás, dejarlos vivir.

Para el éxito en la vida necesitas yukti (habilidad) y shakti (fuerza), bhakti (devoción) y mukti (libertad).

Los lanzadores de bombas han desacreditado la causa de la libertad, en cuyo nombre arrojaron las bombas.

La primera aventura del alma es la lucha entre dos ideas: el deseo de regresar a la tierra en forma humana y el deseo de sentir la libertad de no tener forma.