Bienaventurados los de corazón puro, porque ellos verán a Dios. (Santa Biblia)

Deja de tener razón. En su lugar, irradia paz, armonía, amor y risas desde tu corazón.

Transformamos nuestras relaciones cuando escuchamos con nuestros oídos, corazones y almas.

Sin un corazón rico, la riqueza es un feo mendigo.

Nuestras vidas se vuelven hermosas no porque seamos perfectos. Nuestras vidas se vuelven hermosas porque ponemos nuestro corazón en todo lo que hacemos.

Todos los flujos de la mente eventualmente fluyen hacia el Único océano del Ser. Hay muchos caminos para la mente; no hay caminos para el Corazón, porque el Corazón es infinito y lo llena todo.

Enfoca tu mente en 'Yo Soy', que es el ser puro y simple. Solo eres Aquí y Ahora. Contempla lo que significa estar completamente 'Aquí' y completamente 'Ahora'. Para esto, debes dejar todo lo demás. Quédate solo como presencia consciente aquí-ahora. Esto es el Corazón. Esto es el Yo.

El amor divino nos hace verdaderos con nosotros mismos y con los demás... El amor divino es la solución a nuestras dificultades y problemas. Nos libera de todo tipo de ataduras. Nos hace hablar con verdad, pensar con verdad y actuar con verdad. Nos hace sentirnos uno con todo el universo. El amor divino purifica nuestros corazones y glorifica nuestro ser.

El camino hacia la libertad es a través del servicio a los demás. El camino hacia la felicidad es a través de la meditación y el sintonizarse con Dios... rompe las barreras de tu ego, deshazte del egoísmo, libérate de la conciencia del cuerpo, olvídate de ti mismo, deshazte de esta prisión de encarnaciones, derrite tu corazón en todo, sé uno con la creación.

Niños, debemos visitar de vez en cuando casas de los pobres, orfanatos y hospitales. Debemos llevar a nuestros miembros de la familia y ofrecer asistencia y cuidar del bienestar de los internos. Una palabra dicha con amor y preocupación les dará más consuelo que cualquier cantidad de dinero. Eso también llevará a la expansión de nuestros corazones.

Los signos de buena salud son un intelecto libre de inhibiciones y arrogancia, un corazón lleno de compasión es saludable, una mente sin confusión, una memoria sin traumas y un alma sin tristeza.

El corazón es el lugar de la emoción, el ego y el apego. Debes elevarte por encima de todas las inclinaciones del corazón. Límpialo a fondo, entregándoselo a Dios mediante la oración y meditación regular, y con esfuerzo sincero y constante.

La mejor manera de limpiar el corazón y prepararse para la quietud de la mente es llevar una vida normal y mundana. Vivir en medio de tus deberes cotidianos, responsabilidades, gustos, disgustos, etc., te ayudará. Todo esto se convierte en el medio mismo para la purificación de tu corazón.

La compasión y la lástima son muy diferentes. Mientras que la compasión refleja el anhelo del corazón de fusionarse y asumir parte del sufrimiento, la lástima es un conjunto controlado de pensamientos diseñados para asegurar la separación. La compasión es la respuesta espontánea del amor; la lástima, el reflejo involuntario del miedo.

Las fuerzas externas ocultan a los ojos el profundo significado de la existencia; La verdadera fe reside en el corazón.

El corazón de una persona espiritual está lleno de amor divino.

El estrés es una forma de sufrimiento. Observa tu cuerpo y ve lo que el estrés le hace al cuerpo y a sus funciones: al corazón, la circulación, el sistema inmunológico, la digestión y el hígado.

Quien persigue el sabor de la lengua no llega a conocer el sabor del corazón.

Purifica el corazón a través de una meditación profunda.

Observa minuciosamente las olas en el corazón.

Todas estas disciplinas son para la purificación del corazón. Y tan pronto como esté puro, todas las verdades resplandecerán sobre él en un minuto; toda la verdad en el universo se manifestará en tu corazón, si eres lo suficientemente puro.

Para poner en orden el mundo, primero debemos poner en orden la nación; para poner en orden la nación, debemos poner en orden primero la familia; para poner en orden la familia, primero debemos cultivar nuestra vida personal; primero debemos poner nuestros corazones en orden.

Para vagar por los campos de flores, quita las espinas de tu corazón.