Ser feliz incondicionalmente es una práctica: "Pase lo que pase, hoy voy a sonreír. De todos modos, ¡todo va a morir! ¡Todo va a desaparecer y desvanecerse, así que qué! ¡A quién le importa! Al menos voy a ser feliz, sonreír en este momento, disfrutar de mi aliento."

La meditación es el medio directo para disfrutar de la mayor felicidad y es el único medio para saciar la sed de felicidad en la tierra.

Eres el amor y la alegría debajo del dolor.

Hemos venido de Dios, que es toda bienaventuranza. Todos hemos surgido de esa bienaventuranza. Nacemos en alegría.

Lo que te pone en el camino es tu deseo de disfrutar. Lo que te trae a casa es estar enamorado.

Crezcamos juntos, disfrutemos juntos.

Como ser humano, es simplemente mi naturaleza disfrutar y compartir la filosofía. Lo hago de la misma manera que algunos pájaros son águilas y otros palomas, algunas flores son lirios y otras rosas.

El amor significa apreciar y disfrutar la esencia divina en otra persona.

La lección más importante que el hombre puede aprender de la vida no es que haya dolor en este mundo, sino que es posible transmutarlo en alegría.

Hacer el bien a los demás no es un deber. Es una alegría, porque aumenta tu propia salud y felicidad.

Llevas todos los ingredientes para convertir tu existencia en alegría. ¡Mezclalos, mézclalos!

La realidad es que estamos a salvo y tenemos la capacidad de disfrutar de las maravillas de la vida en el momento presente. Cuando reconocemos que nuestro sufrimiento se basa en imágenes en lugar de en la realidad actual, vivir felizmente en el momento presente se hace posible de inmediato.

Los dedicados siempre disfrutan de la Paz Suprema. Por lo tanto, vive solo para servir.

No es lo que tenemos, sino lo que disfrutamos, lo que constituye nuestra abundancia.

Prefiero ser acusada injustamente, porque entonces no tengo nada de qué reprocharme y lo ofrezco alegremente al buen Señor. Luego me humillo al pensar que, de hecho, soy capaz de hacer lo que se me acusa.

¡Qué alegría recordar que ella es nuestra Madre! ¡Dado que nos ama y conoce nuestra debilidad, qué tenemos que temer?

Comienza a desarrollar confianza y alegría en tu propia riqueza. Esa riqueza es la esencia de la generosidad. Es la esencia de la inventiva; que puedes lidiar con lo que tienes disponible a tu alrededor y no sentirte empobrecido.

Por fin llegó el día más hermoso de todos los días de mi vida. ¡Qué perfectamente recuerdo hasta los detalles más pequeños de esas horas sagradas! El despertar lleno de alegría, los abrazos reverentes y tiernos de mis maestras y compañeras mayores, la habitación llena de vestidos blancos, como tantos copos de nieve, donde cada niña era vestida a su turno.

La meditación que te da alegría inmediata o alegría continua es la mejor meditación para ti. No todos tendrán la misma meditación. Tu meditación no me servirá a mí, y mi meditación no te servirá a ti. A ti te gusta cierta comida, a mí no me gusta. Tienes razón a tu manera, yo tengo razón a la mía. Pero una vez que sepas cuál es tu mejor meditación, por favor, adhiérete a ella.

Nuestra vida está moldeada por nuestra mente; nos convertimos en lo que pensamos. El sufrimiento sigue un pensamiento maligno como las ruedas de un carro siguen a los bueyes que lo tiran. Nuestra vida está moldeada por nuestra mente; nos convertimos en lo que pensamos. La alegría sigue un pensamiento puro como una sombra que nunca nos deja.

El perfeccionista está condenado a ser neurótico, no puede disfrutar de la vida, hasta que sea perfecto. Y la perfección como tal nunca sucede, no está en la naturaleza de las cosas. La totalidad es posible, la perfección no lo es.

Juré que no sufriría de la tristeza, la estupidez, la crueldad y la injusticia del mundo, e hice mi corazón tan duro en la resistencia como la piedra del molino inferior y mi mente tan pulida como una superficie de acero. Ya no sufría, pero el deleite había desaparecido de mí.

Detente, mira, investiga, haz las preguntas correctas, llega a las conclusiones correctas y ten el coraje de actuar según ellas y ver qué pasa. Los primeros pasos pueden hacer que el techo se caiga sobre tu cabeza, pero pronto la conmoción desaparecerá y habrá paz y alegría.