Deja todo por un momento, en el tiempo sin fin y solo sé. Esta es la majestad del Ser.

Cuando uno se da cuenta de que está dormido, en ese momento ya está medio despierto.

No estoy sugiriendo que debas superar tu miedo a la muerte. Pero debemos estar dispuestos a reconocer que en cualquier momento, la muerte puede llegar.

Ser un guerrero es aprender a ser genuino en cada momento de tu vida.

El dolor no es lo mismo que el sufrimiento. Dejando al cuerpo por sí mismo, el dolor se descarga espontáneamente, dejándolo ir en el momento en que se cura la causa subyacente. El sufrimiento es el dolor que sostenemos. Viene del misterioso instinto de la mente de creer que el dolor es bueno, o que no se puede escapar de él, o que la persona lo merece.

La presencia es la esencia de la meditación. Sea lo que sea que uno haga, sea lo que sea que uno intente practicar, es intentar ver lo que está aquí y ahora. Uno se hace consciente del momento presente mediante medios como concentrarse en la respiración. Esto se basa en desarrollar el conocimiento de la presencia, porque cada respiración es única. Es una expresión del ahora.

Uno de los errores importantes del hombre, uno que debe ser recordado, es su ilusión con respecto a su Yo. El hombre tal como lo conocemos, el 'hombre-máquina', el hombre que no puede 'hacer', y con quien y a través de quien todo 'sucede', no puede tener un Yo permanente y único. Su Yo cambia tan rápidamente como sus pensamientos, sentimientos y estados de ánimo, y comete un error profundo al considerarse siempre la misma persona; en realidad, siempre es una persona diferente, no la que era hace un momento.

Desde el punto de vista budista, la experiencia real de la muerte es muy importante. Aunque cómo o dónde renaceremos generalmente depende de las fuerzas kármicas, nuestro estado mental en el momento de la muerte puede influir en la calidad de nuestro próximo renacimiento. Así que en el momento de la muerte, a pesar de la gran variedad de karmas que hemos acumulado, si hacemos un esfuerzo especial para generar un estado virtuoso de la mente, podemos fortalecer y activar un karma virtuoso, y así traer un renacimiento feliz.

La atención continua solo vendrá con una larga práctica. Si eres verdaderamente vigilante, cada pensamiento se disolverá en el momento en que aparezca. Pero para alcanzar este nivel de desasociación, no debes tener ningún apego. Si tienes el más mínimo interés en un pensamiento en particular, evitará tu atención, se conectará con otros pensamientos y tomará el control de tu mente durante unos segundos. Esto sucederá más fácilmente si estás acostumbrado a reaccionar emocionalmente ante un pensamiento en particular.

La riqueza de un momento llega cuando es tanto lleno como vacío al mismo tiempo. La verdad es que vivimos simultáneamente en el tiempo y en la atemporalidad.

Da tu atención completa a lo que el momento presente te ofrece.

La vida siempre es ahora, pero la forma que toma el ahora cambia continuamente. La mayoría de las personas equipara la forma del ahora con el ahora mismo y creen que hay muchos momentos diferentes.

Sea lo que sea que debas hacer, observa tu mente. También debes tener momentos de completa paz interior y quietud, cuando tu mente esté completamente tranquila. Si lo pierdes, pierdes todo. Si no lo pierdes, el silencio de la mente disolverá y absorberá todo lo demás.

La miseria llega en el momento en que te aferras, te apegas. En el momento en que pones condiciones a la vida.

Debes vivir la vida de tal manera que aproveches al máximo cada momento.

La mente sin agitación es meditación. La mente en el momento presente es meditación. La mente que no tiene dudas ni anticipaciones es meditación. La mente que ha regresado al hogar, a la fuente, es meditación. La mente que se convierte en no mente es meditación.

Cuanto más intentamos aferrarnos al momento, apoderarnos de una sensación agradable..., más esquiva se vuelve... Es como tratar de agarrar agua con las manos: cuanto más fuerte aprietas, más rápido se escapa entre los dedos.

Espero que en este momento te estés viendo a ti mismo como un ser humano en lugar de como un estadounidense, asiático, europeo, africano o miembro de cualquier país en particular. Esas lealtades son secundarias.

El tiempo pasa continuamente; aprovecha al máximo cada momento.

En el momento en que llegas al camino, el gurú te ha aceptado como suyo.

Creer en Dios y experimentar su presencia en cada momento son dos cosas diferentes. Antes de la experiencia directa de la verdad, se puede creer en la existencia de Dios, pero esa creencia sigue siendo imperfecta.

Feliz es el momento en que nos sentamos juntos, con dos formas, con dos caras, pero una sola alma. Tú y yo.

Si no somos completamente nosotros mismos, verdaderamente en el momento presente, nos perdemos de todo.