Muchos dicen que la vida entró en el cuerpo humano con la ayuda de la música, pero la verdad es que la vida misma es música.

La música y el ritmo encuentran su camino en los lugares secretos del alma.

Para lograr el perfecto cumplimiento de cualquier arte, debes sentir esta sensación del eterno presente en tus huesos, ya que es el secreto del tiempo adecuado. No hay prisa. No hay demora. Solo la sensación de fluir con el curso de los acontecimientos de la misma manera que bailas al ritmo de la música, sin tratar de adelantarte ni quedarte atrás. Apurarse y retrasarse son formas similares de tratar de resistir el presente.

La política puede ser fortalecida por la música, pero la música tiene una potencia que desafía a la política.

Piensa en una pieza musical, alguna gran sinfonía. No esperamos que mejore a medida que se desarrolla, ni que su propósito sea llegar al último crescendo. La alegría se encuentra al escuchar la música en cada momento.

El sonido es la fuerza de la creación, el verdadero todo. La música entonces se convierte en la voz de la gran unidad cósmica y, por lo tanto, en el camino óptimo para alcanzar este estado final de sanación.

Nuestras mentes deben meditar sobre algún objeto. Según lo que piensa, un hombre puede crear una atmósfera de resplandor, exuberancia, ligereza; y esto trae alegría. O puede llevar la melancolía consigo. Es una cuestión de hábito mental. Debemos construir nuestra propia vida con nuestros pensamientos. Hay muchas maneras de hacer esto. El arte, la música, incluso el trabajo manual, todo puede traer madurez al alma.

La música es una maravillosa forma de ponerse en contacto con la quietud interior.

La música es la forma más pura de arte, y por lo tanto la expresión más directa de la belleza, con una forma y espíritu que es uno y simple, y menos cargada con cualquier cosa extraña. Parece que sentimos que la manifestación de lo infinito en las formas finitas de la creación es la música misma, silenciosa y visible.

Dentro del cuerpo suena una música interminable, aunque sin instrumentos de cuerdas. Esa música de la Palabra impregna toda la creación. Quien la escucha se libera de toda ilusión.

La vida es como la música por sí misma. Estamos viviendo en un eterno ahora, y cuando escuchamos música no estamos escuchando al pasado, no estamos escuchando al futuro, estamos escuchando un presente expandido.

Toqué la vina hasta que mi corazón se convirtió en el mismo instrumento. Luego ofrecí este instrumento al Músico Divino, el único músico existente. Desde entonces, me he convertido en Su flauta, y cuando Él elige, toca Su música. La gente me da crédito por esta música que, en realidad, no proviene de mí, sino del Músico que toca su propio instrumento.

Si estás infeliz, incluso la luna te irrita, las cosas dulces te dan náuseas, la música te molesta. Cuando estás tranquilo y centrado por dentro, el ruido es musical, las nubes son mágicas, la lluvia es amor líquido.

La música es el medio para expresar la emoción. La música enciende el amor e infunde esperanza. Tiene innumerables voces e instrumentos. La música está en los corazones de todos los hombres y mujeres.

Cuando bailamos, el viaje en sí mismo es el objetivo, al igual que cuando tocamos música, el tocar es el objetivo. Y exactamente lo mismo es cierto en la meditación. La meditación es el descubrimiento de que el objetivo de la vida siempre se alcanza en el momento inmediato.

Cualquiera que sea la ocupación de tu vida — arte, poesía, escultura, música, lo que sea — puedes ser tan espiritual como el clero, viviendo siempre una vida de alabanza.

Una unión feliz con esposa e hijo es como la música de laúdes y arpas.

Al lado de la meditación está la música, música del alma, la música que agita y eleva nuestra conciencia aspirante.

El ego no puede traer nada extraordinario al mundo; lo extraordinario solo llega a través de la ausencia de ego. Y esto es cierto para el músico, el poeta y el bailarín. Así es con todos.

El sonido de la lluvia no necesita traducción. En la música no se hace del final de la composición el punto de la composición... De la misma manera en la danza, no se apunta a un lugar específico de la sala... El propósito del baile es el baile.

La curiosa belleza de la música africana es que eleva incluso mientras cuenta una historia triste.

Cuando prestamos atención a la música de la naturaleza, descubrimos que todo en la Tierra contribuye a su armonía.

Dejé mi música porque ya había recibido de ella todo lo que tenía que recibir. Para servir a Dios, uno debe sacrificar lo más querido, y yo sacrifiqué mi música, lo más querido para mí.