Cuando digo "Yo soy", no me refiero a una entidad separada con un cuerpo como su núcleo, me refiero a la totalidad del ser, el océano de la conciencia, todo el universo de todo lo que se conoce. No tengo nada que desear porque soy completo para siempre.

Cuando alguien mira el océano, solo puede ver esa parte que está dentro de su rango de visión; así es con la verdad.

La belleza de Ti me deleita. La vista de Ti me asombra. Porque la Perla hace esto... y el Océano hace aquello.

En la vida espiritual no es necesario tener un mapa completa del camino para comenzar a viajar. Por el contrario, tener tal conocimiento completo puede realmente obstaculizar más que ayudar en el avance. Los secretos más profundos de la vida espiritual se revelan a aquellos que toman riesgos y hacen experimentos audaces con ella. No están destinados al ocioso que busca garantías en cada paso. Aquellos que especulan desde la orilla sobre el océano solo conocerán su superficie, pero aquellos que deseen conocer las profundidades del océano deben estar dispuestos a sumergirse en él.

A través de la Meditación Trascendental, el cerebro humano puede experimentar ese nivel de inteligencia que es un océano de todo conocimiento, energía, inteligencia y felicidad.

No "entramos" en este mundo; salimos de él, como las hojas de un árbol. Así como el océano "onda", el universo "puebla". Cada individuo es una expresión de todo el reino de la naturaleza, una acción única del universo total.

Has venido de Dios, eres una chispa de Su Gloria; eres una ola de ese Océano de Felicidad; obtendrás paz solo cuando te fundas nuevamente en Él.

Piensa en cualquier negatividad que llegue a ti como una gota de lluvia cayendo en el océano de tu dicha. Puede que no siempre tengas un océano de dicha, pero piensa de esa manera de todos modos y te ayudará a que llegue. Dudar no es dichoso y no crea felicidad.

El ego es una isla en el océano del Infierno. Quieres deshacerte del Infierno, pero no quieres deshacerte de esa isla. Entonces viene el problema.

Si ofrecemos una gota, el Señor devuelve un océano sin fondo de Su amor en reciprocidad.

Lo que haces es lo que todo el universo está haciendo en el lugar que llamas "aquí y ahora," y tú eres algo que todo el universo está haciendo de la misma manera que una ola es algo que todo el océano está haciendo... El verdadero tú no es una marioneta que la vida empuja. El verdadero tú, en lo más profundo, eres todo el universo.

En medio del océano a bordo de un barco, uno puede sentir la inmensidad.

Afuera está la alegría de la gota. Dentro está la alegría del océano.

Tu corazón es del tamaño de un océano. Ve a encontrarte a ti mismo en sus profundidades ocultas.

No eres solo la gota en el océano. Eres el poderoso océano en la gota.

Lo que vemos como muerte, espacio vacío o nada, es solo el valle entre los picos de este océano que ondea interminablemente. Todo esto es parte de la ilusión de que debe parecer haber algo que ganar en el futuro, y que existe una necesidad urgente de continuar hasta que lo consigamos. Sin embargo, así como no hay tiempo más que el presente, y nadie excepto todo-lo-que-es, nunca hay nada que ganar, aunque el gusto del juego es pretender que lo hay.

Llamo a los aspectos ligeros y altos de mi ser espíritu y a los aspectos oscuros y pesados alma. El alma está en casa en los valles profundos y sombreados. Allí crecen flores pesadas y letárgicas saturadas de negro. Los ríos fluyen como un jarabe cálido. Se vacían en grandes océanos de alma. El espíritu es una tierra de altos picos blancos y lagos brillantes como joyas y flores. La vida es escasa y los sonidos viajan grandes distancias. Hay música del alma, comida del alma y amor del alma... La gente necesita escalar la montaña no solo porque esté allí, sino porque la divinidad del alma necesita unirse con el espíritu.