Donde hay Amor y Sabiduría, no hay Miedo ni Ignorancia. Donde hay Paciencia y Humildad, no hay Ira ni Molestia. Donde hay Pobreza y Alegría, no hay Codicia ni Avaricia. Donde hay Paz y Contemplación, no hay Preocupación ni Inquietud. Donde hay el Temor de Dios para guardar la morada, no puede entrar ningún enemigo. Donde hay Misericordia y Prudencia, no hay Exceso ni Severidad.

Hay guerras, pobreza y demás; todo está basado en el miedo. Puedes curar eso con tu ser, al no tener miedo.

He abierto una cuenta en el Banco del Corazón de Dios. Por lo tanto, no veo en ninguna parte las olas golpeadoras de los pensamientos de pobreza.

En el Zen, la pobreza es voluntaria, y se considera no tanto pobreza como simplicidad, libertad, falta de desorden.

Echar a un huésped es la pobreza más grande; soportar a los tontos es el mayor poder.

La existencia de la pobreza es la prueba de una sociedad injusta y mal organizada, y nuestras obras de caridad públicas son solo el primer despertar tardío en la conciencia de un ladrón.

Concédeme el tesoro de la sublime pobreza: permite que el signo distintivo de nuestra orden sea que no posea nada propio bajo el sol, para la gloria de tu nombre, y que no tenga otra herencia que la limosna.

La pobreza no viene por la disminución de la riqueza, sino por el aumento de los deseos.

Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros semejantes en todo el mundo que viven y mueren en pobreza y hambre. Dales a través de nuestras manos hoy su pan de cada día y, por medio de nuestro amor comprensivo, da paz y alegría.

Comienza a desarrollar confianza y alegría en tu propia riqueza. Esa riqueza es la esencia de la generosidad. Es la esencia de la inventiva; que puedes lidiar con lo que tienes disponible a tu alrededor y no sentirte empobrecido.

Es como si viviéramos en una casa que tiene un vasto tesoro en una de sus habitaciones. Solo que lo hemos olvidado. Así que, en lugar de vivir una vida de realeza, vivimos en la pobreza.

El deseo es pobreza. El deseo es la mayor impureza de la mente. El deseo es la fuerza motriz para la acción. El deseo en la mente es la verdadera impureza. Incluso una chispa de deseo es un gran mal.

Me parece que hay muchas bendiciones que vienen de la verdadera pobreza y me sentiría triste de ser privado de ellas.

La comunidad que no tiene ni pobreza ni riquezas siempre tendrá los principios más nobles.

Hay un dicho tibetano que dice: "En la puerta del rico miserable duerme el mendigo contento". El sentido de este dicho no es que la pobreza sea una virtud, sino que la felicidad no viene con la riqueza, sino de establecer límites a los propios deseos y vivir dentro de esos límites con satisfacción.

Cada uno de nosotros ora, día y noche, por los millones oprimidos en India, que están atrapados por la pobreza, el sacerdocio y la tiranía: ora día y noche por ellos. No soy un médico, ni un filósofo, ni un santo. Pero soy pobre, amo a los pobres... Dejad que estas personas sean vuestro Dios: pensad en ellas, trabajad por ellas, orad por ellas incesantemente: el Señor os mostrará el camino.

Es más difícil luchar contra la pobreza en un país rico que en uno pobre.

En Sudáfrica hay muchas personas ricas que pueden compartir esas riquezas con aquellos menos afortunados que no han podido conquistar la pobreza.

La autocompasión es la peor pobreza. Cuando una persona dice, 'Yo soy...' con lástima, antes de decir algo más ya se ha disminuido a la mitad de lo que es; y lo que diga a continuación, lo disminuye por completo; ya no queda nada de él después.

Mientras persistan la pobreza, la injusticia y la desigualdad grosera en nuestro mundo, ninguno de nosotros podrá descansar verdaderamente.

Superar la pobreza no es un gesto de caridad. Es un acto de justicia. Es la protección de un derecho humano fundamental, el derecho a la dignidad y una vida decente...

La razón por la que tenemos pobreza es que no tenemos imaginación. Hay mucha gente acumulando lo que creen que es una gran riqueza, pero solo es dinero... no saben cómo disfrutarlo, porque no tienen imaginación.

Podríamos decir que la compasión es la actitud última de la riqueza: una actitud contra la pobreza, una guerra contra la carencia. Contiene todo tipo de cualidades heroicas, sabrosas, positivas, visionarias y expansivas. E implica pensar a gran escala, una forma más libre y expansiva de relacionarse con uno mismo y con el mundo.