Un verdadero buscador espiritual debe ejercitar el control todo el tiempo, durante el día y la noche.

Llega un momento en la vida del buscador cuando descubre que es al mismo tiempo el amante y el amado.

El buscador mismo se convierte en el conocedor. Lo que debe ser conocido ya está allí. No hay nada que conocer de nuevo. Además, no hay dos cosas. Solo hay el que ve, el conocedor.

Cada segundo un buscador puede empezar de nuevo, pues los errores de su vida son borradores iniciales y no la versión final.

El buscador no alcanzará su objetivo a menos que sacrifique todas las cosas. Es decir, todo lo que ha visto, oído y comprendido (antes), todo debe desechar, para que pueda entrar en el Reino del Espíritu, que es la Ciudad de Dios.

Pero en las alturas del Himalaya tengo un lugar donde estoy decidido a que nada entre excepto la pura verdad. Allí quiero desarrollar esta idea de la que les he hablado hoy. Hay un inglés y una inglesa a cargo del lugar. El propósito es entrenar a los buscadores de la verdad y criar niños sin miedo y sin superstición. No oirán hablar de Cristos, Budas, Shivas ni Vishnus, ninguno de ellos.

Los cinco yamas son: no violencia, veracidad, no robar, brahmacharya y desapego. Los cinco niyamas son: pureza, contentamiento, estudio del yo, tapas (austeridad) y rendición a Dios. Los yamas y niyamas son los dos primeros componentes de los ocho componentes integrales del yoga, que son: yamas, niyamas, asanas, pranayama, pratyahara, dharana, dhyana y samadhi. La práctica de yoga solo se puede realizar dentro de la fortaleza protectora de los yamas y niyamas. Sin esta base, el buscador está condenado a perturbaciones interminables.

Un buscador de la verdad nunca comenzará descontando la declaración de su oponente como no digna de confianza.

El buscador es aquello que se está buscando.

Practica la meditación. Conviértete en un buscador. Camina por el camino del buscador. Obtendrás lo mejor de todo lo que el mundo tiene para ofrecer.

La gratitud es lo más dulce en la vida de un buscador, en toda la vida humana. Si hay gratitud en tu corazón, entonces habrá una tremenda dulzura en tus ojos.

La realidad está dentro. Un verdadero buscador es aquel que busca encontrar la realidad y la verdad desde dentro. Tales buscadores sinceros son raros.

¿Cuál es la cualidad más auspiciosa de un buscador espiritual? Quietud, calma. ¿Por qué? La definición de inquietud es “el mundo”. Así, cuanto más se está involucrado y apegado al mundo, más inquietud se tiene.

Dos tipos de personas codiciosas nunca se satisfacen; el buscador de conocimiento y el buscador de este mundo.

El enemigo odia el ego, que el buscador quiere matar; así, como el yunque para el orfebre, en realidad es un amigo.

Disfruta de la meditación y la soledad. Compónte, sé feliz. Eres un buscador.

El verdadero buscador no persigue sino el objeto de su búsqueda, y el amante no desea nada salvo la unión con su Amado.

El buscador de la verdad debe ser más humilde que el polvo. El mundo aplasta el polvo bajo sus pies, pero el buscador de la verdad debe humillarse de tal manera que incluso el polvo pueda aplastarlo. Solo entonces, y no antes, tendrá un atisbo de la verdad.

La satisfacción vinculada con el deshonor o el daño a los demás es una prisión para el buscador.

La satisfacción es la primera y principal virtud que debe ser cultivada. Solo llega cuando has hecho tus deberes con toda tu capacidad sin preocuparte por los resultados. Es una virtud que siempre ayuda y nunca decepciona al buscador.

¡Oh buscador! No confíes en nada hasta que no desees nada.

Es mejor sentarse solo que en compañía de los malos, pero es mejor aún sentarse con los buenos que estar solo. Es mejor hablar con un buscador de conocimiento que permanecer en silencio, pero el silencio es mejor que las palabras vanas.

Un buscador sincero sabe cuál es su meta: la Verdad más alta. No retrasará su viaje. En la vida espiritual, aspiramos a la Verdad más alta, a Dios, nada más.