El hábito de absorber tranquilamente los golpes será de gran ayuda para estabilizar la conciencia pura. La técnica es: Simplemente no sentirte perturbado. La influencia perturbadora podría ser una bendición de la Madre Naturaleza para desarrollar el hábito de sacar el mejor provecho de cada situación. Cada situación es enviada por Dios. Con esta sabiduría suprema de la vida, cualquier situación se puede usar a nuestro favor y considerarse una bendición de la Madre Naturaleza.

Después de llegar a la cima, después de pasar por la transformación total del ser... queda aún un paso más para completar ese viaje: el regreso al valle abajo, al mundo cotidiano. Quién regresa no es quien comenzó la subida en primer lugar. El ser que regresa es la quietud misma, es la compasión y la sabiduría, es la verdad de los siglos. Cualquiera que sea la posición humilde o elevada que ese ser ocupe dentro de la comunidad, él o ella se convierte en una luz para otros en el camino, una declaración de la libertad que viene de haber tocado la cima de la montaña.

Ver la irrealidad es sabiduría. Más allá de esto yace lo inefable.

La oración dentro de la respiración es silencio, el amor dentro de la infinitud es silencio, la sabiduría sin palabras es silencio, la compasión sin fin es silencio, la acción sin actor es silencio, sonreír con toda la existencia es silencio.

No hay mayor riqueza que la sabiduría, no hay mayor pobreza que la ignorancia; no hay mayor herencia que la cultura y no hay mayor apoyo que la consulta.

Por tres métodos podemos aprender sabiduría: Primero, por la reflexión, que es lo más noble; segundo, por la imitación, que es lo más fácil; y tercero, por la experiencia, que es lo más amargo.

La paciencia es la compañera de la sabiduría.

El ahora o la magia del momento presente es lo que une la sabiduría del pasado con el presente.

Algún día, en el futuro distante, los nietos de nuestros nietos desarrollarán un nuevo equivalente de nuestras aulas. Pasarán muchas horas frente a cajas con fuegos brillando en su interior. Ojalá tengan la sabiduría de saber la diferencia entre la luz y el conocimiento.

Obtienes sabiduría del sufrimiento. Estás solo con Dios cuando estás enfermo, en el campo de cremación o en el hospital. Llamas a Dios cuando sufres.

La verdad es superior a la sabiduría humana.

La filosofía de la vida es esta: la vida no es una lucha, ni una tensión. La vida es dicha. Es sabiduría eterna, existencia eterna.

Donde hay caridad y sabiduría, no hay ni miedo ni ignorancia.

La verdadera sabiduría está en reconocer nuestra propia ignorancia.

Conocerte a ti mismo es la cima de la sabiduría.

El principio de la sabiduría es llamar a las cosas por su nombre correcto.

Es posible que el significado de sabiduría en hebreo indique aptitud para los estratagemas y la aplicación del pensamiento de tal manera que los estratagemas y engaños puedan utilizarse para lograr virtudes racionales o morales, o para lograr destreza en un arte práctico, o para obrar maldad y perversidad.

El Gran Ser dice: El discurso humano es una esencia que aspira a ejercer su influencia y necesita moderación. En cuanto a su influencia, ésta depende de la refinación, que a su vez depende de corazones que están desapegados y puros. En cuanto a su moderación, esta debe combinarse con tacto y sabiduría, tal como se prescribe en las Santas Escrituras y Tablas.

La cura para combatir las tres Ss: estrés, tensión y velocidad, se puede encontrar en tres Ws: el trabajo de la práctica devota, la sabiduría que proviene de entender el yo y el mundo, y la adoración, porque, en última instancia, rendirse a lo que no podemos controlar permite que el ego se relaje y pierda la ansiedad de su propio yo infinitesimal en la infinitud de lo divino.

Debes guardar en tu corazón el impulso espiritual hacia la luz y el amor, la sabiduría y la dicha.

A través de los portales del silencio, el sol sanador de la sabiduría y la paz brillará sobre ti.

Cuando veo que no soy nada, eso es sabiduría. Cuando veo que soy todo, eso es amor. Mi vida es un movimiento entre estos dos.

Abre las puertas de la sabiduría, rasga el velo de la ignorancia, entra en la morada de la Bienaventuranza Divina. Descansa en paz para siempre.