Estamos revisando algunas traducciones.
Gracias por tu comprensión.
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El valor de la vida no depende del lugar que ocupamos. Depende de la manera en que ocupamos ese lugar.
La oración y el sacrificio pueden tocar las almas mejor que las palabras.
(Sus últimas palabras) ¡Oh! ¡Lo amo! ¡Dios mío, te amo!
El buen Dios no inspiraría deseos inalcanzables.
Desde los tres años he rehusado a Dios nada.
Si cada pequeña flor quisiera ser una rosa, la primavera perdería su hermosura.
Cuando solo esperamos sufrimiento, la menor alegría nos sorprende: el sufrimiento en sí mismo se convierte en la mayor de las alegrías cuando lo buscamos como un tesoro precioso.
Quiero brillar como una pequeña vela ante Su altar.
Dios daría vuelta al mundo para encontrar sufrimiento y dárselo a un alma sobre la cual ha fijado Su mirada divina con amor inefable.
El amor es la cruz, y la cruz es el amor.
En el Cielo, el buen Dios hará todo lo que deseo, porque nunca he hecho mi propia voluntad en la tierra.
Si soy despreciada por el mundo, Si me considera como nada, Una paz divina me inunda. Porque tengo la Hostia como mi apoyo. Cuando me acerco al sagrario, Todos mis suspiros son escuchados... Ser nada es mi gloria. Soy el átomo de Jesús.
Toda mi fuerza reside en la oración y el sacrificio, estos son mis brazos invencibles; pueden mover corazones mucho mejor que las palabras, lo sé por experiencia.
La perfección consiste en hacer Su voluntad, en ser lo que Él quiere que seamos.
Qué feliz soy al verme imperfecta y necesitar la misericordia de Dios.
Cuando muera, enviaré una lluvia de rosas desde los cielos, pasaré mi cielo haciendo el bien en la tierra.
Aparte del Oficio [la oración diaria de la Iglesia], que es una alegría diaria, no tengo el valor de buscar en los libros hermosas oraciones. ... Al no poder decirlas todas ni elegir entre ellas, hago como haría un niño que no sabe leer: simplemente digo lo que quiero decirle a Dios, de manera sencilla, y Él nunca deja de comprender.
Estoy convencida de que uno debe decirle a su director espiritual si tiene un gran deseo de la Comunión, porque Nuestro Señor no baja del Cielo todos los días para quedarse en un cáliz de oro; Él viene a encontrar otro cielo, el cielo de nuestra alma en el que ama habitar.
También entendí que el amor de Dios se muestra igual en el alma más simple que no pone resistencia a Su gracia que en el alma más elevada.
¿Por qué defendernos cuando somos malinterpretados y juzgados erróneamente? Dejemos eso de lado. No digamos nada. ¡Qué dulce es dejar que otros nos juzguen como quieran! ¡Oh, bendito silencio, que da tanta paz al alma!
Las pruebas nos ayudan a despegarnos de la tierra; nos hacen mirar más allá de este mundo.
Sufro mucho, pero ¿estoy sufriendo bien? ¡Eso es lo importante!
Si no viviera simplemente de un momento a otro, me sería imposible ser paciente, pero solo miro el presente, olvido el pasado y me cuido de no anticipar el futuro.