Nuestros placeres no son placeres materiales, sino símbolos de placer, atractivamente empaquetados pero inferiores en contenido.

No podemos ser más sensibles al placer sin ser más sensibles al dolor.

Ninguna vida valiosa puede vivirse sin riesgos, a pesar de las supersticiones actuales de Estados Unidos en contrario.

Cuanto más luchamos por la vida como placer, más estamos matando lo que amamos.

También es en la desesperación de no poder entender o hacer una contribución productiva al altamente organizado caos de nuestro sistema político-económico que una gran cantidad de personas simplemente abandonan los compromisos políticos y sociales. Simplemente dejan que la sociedad sea tomada por un patrón de organización que es tan auto-proliferante como una maleza, y cuyos fines y valores no son humanos ni instintivos, sino mecánicos.

Apurarse y demorarse son formas similares de tratar de resistirse al presente.

Al salir de tu mente, llegas a tus sentidos

No estamos claros sobre el papel de estos químicos en la vida; ni tampoco estamos claros sobre el papel del médico. Sabes, por supuesto, que en la antigüedad no había una clara distinción entre sacerdote y médico.

El asombro, y su expresión en la poesía y las artes, son algunas de las cosas más importantes que parecen distinguir a los hombres de otros animales, y a las personas inteligentes y sensibles de los idiotas.

Las guerras basadas en principios son mucho más destructivas... el atacante no destruirá aquello que persigue.

El poder de los recuerdos y las expectativas es tal que para la mayoría de los seres humanos, el pasado y el futuro no son tan reales, sino más reales que el presente.

La actitud hostil de conquistar la naturaleza ignora la interdependencia básica de todas las cosas y eventos, que el mundo más allá de la piel es en realidad una extensión de nuestros propios cuerpos, y terminará destruyendo el mismo entorno del que emergemos y sobre el cual depende toda nuestra vida.

He sugerido que detrás de casi todo mito yace el mono-trama del juego del escondite.

Nunca pretendas un amor que no sientes realmente, porque el amor no está a nuestro mando.

Lo que eres básicamente, profundamente, profundamente adentro, es simplemente la tela y la estructura de la existencia misma.

Así que el bodhisattva salva a todos los seres, no predicándoles sermones, sino mostrándoles que están salvados, que están liberados, mediante el acto de no poder dejar de cambiar.

Nuestra visión de la realidad es como un mapa del mar: cuanto más verdadera sea, menos probable será que nos perdamos.

La mayor parte de la actividad humana está diseñada para hacer permanentes aquellas experiencias y alegrías que solo son amadas porque están cambiando.

La vida y la realidad no son cosas que puedas tener para ti mismo a menos que se las otorgues a todos los demás. No pertenecen a personas particulares más que el sol, la luna y las estrellas.

Vivimos en una cultura donde nos han inculcado de todas las formas posibles que morir es algo terrible. Y esa es una tremenda enfermedad de la que nuestra cultura, en particular, sufre.

Permanecer estable es abstenerse de intentar separarte de un dolor porque sabes que no puedes. Huir del miedo es miedo, luchar contra el dolor es dolor, intentar ser valiente es tener miedo. Si la mente está en dolor, la mente es dolor. El pensador no tiene otra forma que su pensamiento. No hay escape.

Quédate en el centro y estarás listo para moverte en cualquier dirección.

Pero para mí, nada - lo negativo, lo vacío - es sumamente poderoso.