Estamos revisando algunas traducciones.
Gracias por tu comprensión.
Estamos revisando algunas traducciones.
Gracias por tu comprensión.
Despierta. Sé el testigo de tus pensamientos. Eres lo que observa, no lo que observas.
Mientras uno sienta que es el hacedor, no podrá escapar del ciclo de los nacimientos.
Si te esfuerzas por abrazar el Camino a través de mucho aprendizaje, el Camino no será comprendido. Si observas el Camino con simplicidad de corazón, realmente grande es este Camino.
Es dentro de este cuerpo largo como brazas, con su mente y sus nociones, que declaro que existe el mundo, el origen del mundo, la cesación del mundo y el camino hacia la cesación del mundo.
Nuestra vida está moldeada por nuestra mente; nos convertimos en lo que pensamos.
Sé una lámpara para ti mismo.
Viendo la similitud con uno mismo, no se debe usar violencia ni permitir que se use.
Concéntrate en el momento presente.
Vence a un mentiroso con la verdad.
El sufrimiento es una ilusión.
Es tu mente la que crea el mundo.
Habla la verdad, no te encolerices y da cuando te lo pidan, aunque sea un poco. Por estas tres condiciones, uno llega a la presencia de los dioses.
Tú mismo debes esforzarte. Los Budas solo muestran el camino.
Forzar a uno mismo a creer y aceptar algo sin comprender es político, no espiritual ni intelectual.
Cree, medita, ve. Sé inofensivo, sé irreprochable. Despierta a la ley. Y libérate de todas las penas.
Un amigo falso y maligno es más orgulloso y temido que una bestia indomable; una bestia indomable puede morderte la carne, pero un amigo maligno muerde tu intelecto.
Tú, tanto como cualquier otro en el universo, mereces tu amor y respeto.
¿Qué tan profundamente aprendiste a dejar ir?
Si te estimas, protégente bien.
Recuerda que la única constante en la vida es el cambio.
Cuando te enfrentas a las vicisitudes de la vida, tu mente permanece imperturbable, libre de tristeza, inmaculada, segura; esto es el mayor bienestar.
La mente lo es todo. Lo que pensamos, nos convertimos.
Los que actúan con pocos deseos están tranquilos, sin preocupaciones ni miedo.