Nada que tenga verdadero valor puede perderse, solo lo falso se disuelve.

Aceptas lo que sea que suceda en el momento presente, el único lugar donde puede suceder. Internamente, aceptas completamente lo que está sucediendo, y lo que está sucediendo puede incluir una emoción, un torrente de ansiedad que surge repentinamente dentro de ti.

Pase lo que pase, lo que sea que experimentes, sientas, pienses, hagas, siempre es ahora. Eso es todo lo que hay. Y si continuamente pierdes el ahora, lo resistes, no te gusta, intentas escapar de él, lo reduces a un medio para un fin, entonces pierdes la esencia de tu vida y quedas atrapado en un mundo de sueños de imágenes, conceptos, etiquetas, interpretaciones, juicios: el contenido condicionado de tu mente que tomas como tú mismo.

En última instancia, lo que haces es secundario. Pero cómo lo haces es lo principal.

Ahora, si un maestro te da una práctica, quizás te señale cuándo ya no la necesitas o te darás cuenta tú mismo de cuándo ya no la necesitas.

He vivido con varios maestros Zen, todos ellos eran gatos.

El futuro es un Ahora imaginado, una proyección de la mente.

Todo se muestra al ser expuesto a la luz, y lo que se expone a la luz se convierte en luz.

Algún tipo de sufrimiento a menudo trae consigo una disposición. Se puede decir que fisura la cáscara de la mente egoica con la que muchas personas se identifican como "yo". La vida rompe esa cáscara, y una vez que esa fisura está ahí, nos llegan más fácilmente las enseñanzas espirituales.

Soy el agujero en la flauta por donde fluye el aliento de los dioses.

Si no puedes aceptar un evento externo de inmediato, entonces surgirá algún tipo de resistencia. Y puede haber algunos eventos externos que no puedas aceptar en absoluto.

Para que una relación se profundice, en algún momento debe entrar la dimensión espiritual. Ni siquiera necesitas estar completamente despierto para que esto suceda, pero si sucede, significa que estás despertando.

La realidad es que solo existe cada momento presente: te llaman para dar una charla. Sales de un edificio y entras en un coche. Miras por la ventana. Llegas al lugar. Te sientas en la silla; esperas; sales al escenario. Cada movimiento es simple. Solo eso existe.

Cuando tu atención se mueve al Ahora, hay una alerta. Es como si estuvieras despertando de un sueño, el sueño del pensamiento, el sueño del pasado y el futuro. Tal claridad, tal simplicidad. No hay espacio para crear problemas. Solo este momento tal como es.

Cuando pierdes el contacto con la quietud interior, pierdes el contacto contigo mismo. Cuando pierdes el contacto contigo mismo, te pierdes en el mundo. Tu sentido más profundo de ti mismo, de quién eres, es inseparable de la quietud. Este es el Yo Soy, que es más profundo que el nombre y la forma.

Pensar es una herramienta maravillosa si se aplica. Sin embargo, pensar no puede convertirse en el maestro. Pensar es un muy mal maestro. Si estás dominado por el pensamiento, tu vida se vuelve muy restringida.

El ego quiere querer más de lo que quiere tener. Y así, la satisfacción superficial de tener siempre es reemplazada por más querer.

El Ser está accesible para ti ahora como tu yo más profundo, tu verdadera naturaleza. Pero no busques apoderarte de él con tu mente. No intentes entenderlo. Solo puedes conocerlo cuando la mente está en calma. Cuando estás presente, cuando tu atención está totalmente e intensamente en el Ahora, el Ser se puede sentir, pero nunca se puede comprender mentalmente.

Dondequiera que estés, sé allí completamente.

Todos los anhelos son la mente buscando la salvación o la realización en cosas externas y en el futuro como un sustituto de la alegría del Ser. Mientras sea mi mente, soy esos anhelos, esas necesidades, deseos, apegos y aversiones, y aparte de ellos no hay "yo" excepto como mera posibilidad, un potencial no cumplido, una semilla que aún no ha brotado.

El sufrimiento es necesario hasta que te das cuenta de que es innecesario.

El momento presente es todo lo que tienes.

Acepta el momento presente sin juicio.