Cuanto más se estudia la armonía de la música, y luego la naturaleza humana, cómo las personas están de acuerdo y cómo no lo están, cómo existe atracción y repulsión, más se verá que todo es música.

Cuanto más se desarrolla la sinceridad, mayor será tu parte de la verdad. Y por mucha sinceridad que tenga una persona, siempre hay un vacío por llenar, porque vivimos en medio de la falsedad, y siempre estamos propensos a ser arrastrados por este mundo de falsedad. Por lo tanto, nunca debemos pensar que somos lo suficientemente sinceros, y siempre debemos estar en guardia contra influencias que puedan alejarnos de esa sinceridad que es el puente entre nosotros y nuestro ideal. Ningún estudio, ninguna meditación es más útil que la sinceridad misma.

Cada mente tiene su propio estándar de lo bueno y lo malo, y de lo correcto y lo incorrecto. Este estándar se crea por lo que uno ha experimentado a lo largo de la vida, por lo que uno ha visto o escuchado; también depende de la creencia de uno en una determinada religión, su nacimiento en una nación específica y su origen en una raza determinada. Pero lo que realmente se puede llamar bueno o malo, correcto o incorrecto, es lo que conforta la mente y lo que le causa incomodidad. No es cierto, aunque parece serlo, que la incomodidad cause las malas acciones. En realidad, son las malas acciones las que causan incomodidad, y es la acción correcta la que trae consuelo.

La música debería ser curativa, la música debería elevar el alma, la música debería inspirar; entonces no hay mejor manera de acercarse a Dios, de elevarse más hacia el espíritu, de alcanzar la perfección espiritual, solo si se entiende correctamente.

No hay nada mejor que la música como medio para la elevación del alma.

No te preocupes por ser desleal a tu dolor siendo feliz.

Si hay algo que da realeza al alma, es la paciencia. ¿Cuál fue el secreto de los maestros que han logrado grandes cosas, que han inspirado a muchos y que han ayudado a muchas almas? Su secreto era la paciencia.

Cuando estamos cara a cara con la verdad, el punto de vista de Krishna, Buda, Cristo o cualquier otro profeta es el mismo. Cuando miramos la vida desde la cima de la montaña, no hay limitación; hay la misma inmensidad.

He conocido el bien y el mal, el pecado y la virtud, lo correcto y lo incorrecto; he juzgado y he sido juzgado; he pasado por el nacimiento y la muerte, la alegría y la tristeza, el cielo y el infierno; y al final me di cuenta de que YO SOY en todo y todo está en mí.

La música es la base de toda la creación. En realidad, toda la creación es música, y lo que llamamos música es simplemente una miniatura de la música original, que es la creación misma, expresada en tono y ritmo.

El sabio dijo: "Lo mejor es no odiar a nadie, solo amar. Esa es la única salida. Tan pronto como hayas perdonado a aquellos a quienes odias, te habrás librado de ellos. Entonces no tendrás razón para odiarlos; simplemente los olvidarás."

No hay diferencia en el destino, la única diferencia está en el viaje.

El alma está cubierta por mil velos.

Externamente somos un solo ser, pero internamente somos un mundo.

Mi corazón está sintonizado con la quietud que inspira el silencio de la naturaleza.

El amor se desarrolla en armonía, y de la armonía nace la belleza.

Para alcanzar la paz, lo que se debe hacer es buscar ese ritmo que está en lo profundo de nuestro ser.

La religión del sufismo es la religión del corazón. La principal moral del sufismo es considerar el corazón de los demás, para que en el placer y el desagrado de su prójimo vea el placer y el desagrado de Dios.

Cada personalidad humana es como una pieza de música, con un tono individual y un ritmo propio.

El valor de todo existe para el hombre solo mientras no lo entienda. Cuando lo ha entendido completamente, el valor se pierde, ya sea lo más bajo o lo más alto.

Cuando alguien mira el océano, solo puede ver esa parte que está dentro de su rango de visión; así es con la verdad.

Puedo ver tan claro como el día que se acerca la hora en que las mujeres guiarán a la humanidad hacia una evolución más alta.

Una persona no escucha el sonido solo a través de los oídos; escucha el sonido a través de cada poro de su cuerpo. Permeabiliza todo su ser.