Ahora Él te está jalando suavemente. Pero un día, cuando la mente y el cuerpo sean capaces de tolerarlo, Dios te jalará con fuerza y todo tu apego y esclavitud desaparecerán inmediatamente.

La verdadera penitencia es soportar las dualidades de la vida como el calor, el frío, el placer, el dolor, la pérdida y la ganancia, la alabanza y la censura.

Practica diariamente, y por la gracia de Dios, serás libre.

Evita todas las formas de pereza en tu sadhana.

Levantarse y caer son tus compañeros. Por lo tanto, recuerda siempre ser humilde.

Aquel que ha dado vida a esta creación siempre la vigila. ¿Por qué preocuparse?

Ten compasión por todos los seres vivos. Nunca crees un sentimiento de miedo en los demás; abstente de usar palabras duras.

Practica el silencio o habla solo un poco.

Aunque la mente esté inquieta, un día se calmará. No dudes de que la quietud llegará; solo recuerda que lleva tiempo.

Ser veraz en las palabras es revelar lo que uno ha visto o escuchado, sin agregar sus propias percepciones.