La Gita y el Ganga constituyen la esencia del hinduismo; una es su teoría y la otra su práctica.

Este mundo, este universo que nuestros sentidos sienten, o nuestra mente piensa, no es más que un átomo, por así decirlo, del Infinito, proyectado en el plano de la conciencia; y dentro de ese límite estrecho, definido por la red de la conciencia, trabaja nuestra razón, y no más allá. Por lo tanto, debe haber algún otro instrumento que nos lleve más allá, y ese instrumento se llama inspiración.

No olvides que tu matrimonio, tu riqueza, tu vida no están para el placer sensorial, no están para tu felicidad personal individual.

El corazón y la esencia de todo aquí es bueno, que sin importar cuáles sean las olas superficiales, en lo profundo y subyacente a todo, hay una base infinita de Bondad y Amor.

¿Qué hace que un hombre se levante y trabaje? Fuerza. La fuerza es bondad, la debilidad es pecado.

Encontramos que la gran mayoría de las personas en todos los países creen que llegará un momento en que este mundo se hará perfecto, cuando no habrá enfermedades, ni muerte, ni infelicidad, ni maldad. Esa es una idea muy buena, una muy buena fuerza motriz para inspirar y elevar a los ignorantes. Pero si pensamos por un momento, encontraremos que a simple vista eso no puede ser así. ¿Cómo puede ser, viendo que el bien y el mal son el anverso y el reverso de la misma moneda? ¿Cómo se puede tener el bien sin el mal al mismo tiempo?

La renuncia es la base sobre la cual se sostiene la ética.

Una onza de práctica vale mil libras de teoría.

Mientras haya un solo perro en mi país sin comida, toda mi religión será alimentarlo.

Que los hindúes, absorbidos en el ideal, carecen de observación realista, es evidente en esto. Toma la pintura y la escultura. ¿Qué ves en las pinturas hindúes? Todo tipo de figuras grotescas y antinaturales. ¿Qué ves en un templo hindú? Un Chaturbhanga Narayana o algo por el estilo. ¡Pero toma en cuenta cualquier cuadro italiano o estatua griega, qué estudio de la naturaleza encuentras en ellos! Un caballero durante veinte años estuvo quemando una vela en su mano para pintar a una dama que llevaba una vela en su mano.

Unos pocos hombres y mujeres sinceros, enteros de corazón y enérgicos pueden hacer más en un año que una multitud en un siglo.

Si la mente está intensamente ansiosa, todo se puede lograr—las montañas pueden desmoronarse en átomos.

Los cuerpos van y vienen, pero el alma no cambia.

Mantén siempre la mente alegre. Todos morirán una vez. Los cobardes sufren los dolores de la muerte una y otra vez, únicamente debido al miedo en sus propias mentes.

Nunca pienses que hay algo imposible para el alma. Es la mayor herejía pensar de esa manera. Si hay pecado, este es el único pecado: decir que eres débil o que los demás son débiles.

Existen altares, pero aquí está el más grande de los altares, el cuerpo humano vivo y consciente, y adorar en este altar es mucho más elevado que adorar cualquier símbolo muerto.

El signo de vigor, el signo de vida, el signo de esperanza, el signo de salud, el signo de todo lo que es bueno, es la fuerza. Mientras el cuerpo viva, debe haber fuerza en el cuerpo, fuerza en la mente, [y fuerza] en la mano.

En todas nuestras Yogas, esta renuncia es necesaria. Esta es la piedra angular y el verdadero centro y el verdadero corazón de toda cultura espiritual: la renuncia. Esta es la religión: la renuncia.

Este es el principio de la Hermandad Universal del hombre con el hombre, con toda la vida, hasta las pequeñas hormigas.

El apego solo viene donde esperamos un retorno.

Hasta que no dejemos el mundo fabricado por el ego, nunca podremos entrar en el reino de los cielos. Nadie lo hizo nunca, nadie lo hará nunca.

Valientes, hombres audaces, estos son los que necesitamos. Lo que queremos es vigor en la sangre, fuerza en los nervios, músculos de hierro y nervios de acero, no ideas suavizantes y débiles. Evita todo esto. Evita todo misterio. No hay misterio en la religión. ¿Hay algún misterio en el Vedanta, o en las Vedas, o en las Samhitas, o en los Puranas? ¿Qué sociedades secretas establecieron los sabios de antaño para predicar su religión? ¿Qué trucos de prestidigitación se registran como usados por ellos para llevar sus grandes verdades a la humanidad?

Recuerda las palabras de Cristo: "Pide, y se te dará; busca, y hallarás; llama, y se te abrirá." Estas palabras son literalmente verdaderas, no figuras o ficción. Fueron el flujo de la sangre del corazón de uno de los mayores hijos de Dios que jamás hayan venido a este mundo nuestro; palabras que salieron como el fruto de la realización, de un hombre que había sentido y realizado a Dios mismo; que había hablado con Dios, vivido con Dios, cien veces más intensamente que tú o yo vemos este edificio.