Todos los pueblos y naciones son una sola familia, los hijos de un mismo Padre, y deben ser entre sí como hermanos y hermanas.

La tecnología ha hecho del mundo una aldea. La espiritualidad lo ha convertido en una familia global.

Vivir juntos felizmente como una hermosa familia con amor total es Dios.

La enfermedad de un miembro de la familia, amigo o vecino es un llamado a los cristianos a demostrar verdadera compasión, ese compartir suave y perseverante en el dolor del otro.

Sí, la civilización del amor es posible; no es una utopía. Pero solo es posible mediante una referencia constante y dispuesta al "Padre de quien toda paternidad y maternidad en la tierra toma su nombre," de quien proviene toda familia humana.

Cuando envejeces, todo cambia: tu cuerpo cambia, tu familia cambia. Ya no puedes hacer lo que siempre has hecho. Y, o puedes quejarte de que las cosas cambian, o puedes estar contento. En lugar de quejarte, puedes decir: "¡Oh, sí! ¡Mira todos estos cambios!" Puedes acogerlos.

La historia de la humanidad, la historia de la salvación, pasa por el camino de la familia... La familia está colocada en el centro de la gran lucha entre el bien y el mal, entre la vida y la muerte, entre el amor y todo lo que se opone al amor.

Ser el padre de una nación es un gran honor, pero ser el padre de una familia es una mayor alegría.

En el niño recién nacido se realiza el bien común de la familia.

En el trabajo, haz lo que disfrutas. En la vida familiar, está completamente presente.

Niños, si podemos hacer el archana de los 1000 Nombres de la Madre Divina todos los días con devoción, creceremos espiritualmente. Nunca faltarán lo esencial de la vida, comida y ropa, en una familia que canta los 1000 Nombres con devoción.

La bondad es la clave para la paz y la armonía en la vida familiar.

Cuando plantas lechuga, si no crece bien, no culpas a la lechuga. Buscas razones por las cuales no está creciendo bien. Puede necesitar fertilizante, más agua o menos sol. Nunca culpas a la lechuga. Sin embargo, si tenemos problemas con nuestros amigos o familiares, culpamos a la otra persona. Pero si sabemos cómo cuidarlos, crecerán bien, como la lechuga. Culpar no tiene ningún efecto positivo, ni tampoco intentar persuadir usando la razón y los argumentos. Esa es mi experiencia. No culpar, no razonar, no discutir, solo entender. Si entiendes, y muestras que entiendes, puedes amar, y la situación cambiará.

Cada padre tiene la oportunidad de corromper la naturaleza de su hija, y luego el educador, marido o psiquiatra debe enfrentarse a las consecuencias. Lo que el padre ha estropeado solo puede ser corregido por un padre, al igual que lo que ha estropeado la madre solo puede ser reparado por una madre. La repetición desastrosa del patrón familiar podría describirse como el pecado original psicológico o como la maldición de los Atridas que recorre las generaciones.

Si somos pacíficos, si somos felices, podemos sonreír y florecer como una flor, y todos en nuestra familia, toda nuestra sociedad, se beneficiarán de nuestra paz.

La familia que ora unida permanece unida, y si permanecen unidos, se amarán unos a otros como Dios ha amado a cada uno de ellos. Y las obras de amor siempre son obras de paz.

El matrimonio es un acto de voluntad que significa e implica un regalo mutuo, que une a los esposos y los vincula a sus futuras almas, con quienes forman una sola familia - una iglesia doméstica.

Todo el universo es tu hogar. Todos son tu familia.

Queridos jóvenes de todos los idiomas y culturas, les espera una tarea alta y estimulante: la de convertirse en hombres y mujeres capaces de solidaridad, paz y amor por la vida, con respeto por todos. Conviértanse en artífices de una nueva humanidad, donde los hermanos y hermanas - miembros todos de la misma familia - puedan por fin vivir en paz.

Descubre lo que significa morir, no físicamente, eso es inevitable, sino morir a todo lo que se conoce, morir a tu familia, a tus ataduras, a todas las cosas que has acumulado, a lo conocido, a los placeres conocidos, a los miedos conocidos. Muere a eso cada minuto y verás lo que significa morir para que la mente se haga fresca, joven y por lo tanto inocente, para que haya encarnación no en la próxima vida, sino al día siguiente.

Es la paz interior la que puede traer paz en nuestra familia, en la sociedad y, en última instancia, en el mundo.

Los pobres de los Estados Unidos y del mundo son tus hermanos y hermanas en Cristo. Nunca debes conformarte con dejarles solo las migas de la fiesta. Debes tomar de tu sustancia, y no solo de tu abundancia, para ayudarlos. Y debes tratarlos como a huéspedes en tu mesa familiar.

[Hablando del matrimonio y la familia] En todo este mundo no hay una imagen más perfecta, más completa de Dios, Unidad y Comunidad. No existe otra realidad humana que corresponda más, humanamente hablando, a ese misterio divino.