El verdadero signo de Sus bendiciones es si puedes tener más y más felicidad interior. Aprende siempre a ser feliz; ser feliz con la felicidad de Dios. Equilibrado y alegre. Este es el camino más rápido hacia la bienaventuranza divina.

Debemos meditar sobre lo que nos trae felicidad, ya que cuando la tenemos, tenemos todo, y cuando nos falta, hacemos todo lo posible para tenerla.

Por favor, deje de esperar un momento mejor y más apropiado para ser feliz y concéntrese en el momento que vive. La felicidad no es una llegada, es el propio viaje. Muchas personas buscan la felicidad por encima de la altura de los seres humanos, algunas por debajo. Sin embargo, la felicidad está exactamente a la altura de los seres humanos.

Ser amable, honesto y tener pensamientos positivos; perdonar a quienes nos hacen daño y tratar a todos como amigos; ayudar a los que sufren y nunca considerarnos superiores a los demás: incluso si este consejo parece algo simplista, haz el esfuerzo de ver si, al seguirlo, puedes encontrar mayor felicidad.

El estado meditativo es el estado más alto de existencia. Mientras haya deseo, no puede haber verdadera felicidad. Solo el estudio contemplativo, como testigo, de los objetos nos trae verdadero disfrute y felicidad. El animal encuentra su felicidad en los sentidos, el hombre en su intelecto y el dios en la contemplación espiritual. Solo para el alma que ha alcanzado este estado contemplativo el mundo se vuelve realmente hermoso. Para aquel que no desea nada y no se mezcla con ellos, los múltiples cambios de la naturaleza son un panorama único de belleza y sublimidad.

Los exploradores buscan la felicidad en encontrar curiosidades, descubrir nuevas tierras y correr riesgos en aventuras. Son emocionantes. Pero, ¿dónde se encuentra el placer? Solo dentro. El placer no se debe buscar en el mundo externo.

Puede que tome un poco de autodisciplina: sé simple, sé amable, descansa. Atiende tu propia salud interior y felicidad.

La compasión debe ser imparcial y basada en el reconocimiento de que los demás tienen el derecho a la felicidad, al igual que tú.

El sentido de la vida es la felicidad.

La felicidad de la realización de Dios es autosuficiente, eternamente fresca e inquebrantable, ilimitada e indescriptible. Y es para esta felicidad que el mundo ha surgido a la existencia.

No importa lo que estés haciendo, mantén la corriente subterránea de felicidad...

Toda la infelicidad humana proviene de no enfrentar la realidad de frente, tal como es.

La felicidad es una actitud mental, nacida de la simple determinación de ser feliz bajo todas las circunstancias externas.

Debemos tener el valor de apostar por nuestras ideas, tomar el riesgo calculado y actuar. La vida cotidiana requiere valor si la vida debe ser efectiva y traer felicidad.

La humanidad es interdependiente, y la felicidad de cada uno depende de la felicidad de todos, y es esta lección la que la humanidad debe aprender hoy como la primera y última lección.

Cuando una persona tiene una autoestima adecuada, los pequeños desaires no representan ninguna amenaza en absoluto: simplemente se "pasan por alto" y se ignoran. Incluso las heridas emocionales más profundas probablemente sanarán más rápido y de manera más limpia, sin llagas purulentas que envenenen la vida y arruinen la felicidad.

En el Bhagavad Gita (9:33), el Señor dijo: "anityam-asukham lokam-imam prapya bhajasva mam". Este mundo es transitorio; todos lo sabemos. Asukham, hay tanta miseria y ninguna esperanza de encontrar felicidad en este mundo. La única verdadera felicidad está en la práctica espiritual. Por lo tanto, el mensaje del Señor es: "¿Por qué te esfuerzas tanto en un mundo donde no hay posibilidad de ganar nada?"

Una mente disciplinada trae felicidad.

La emoción en sí misma no es infelicidad. Solo la emoción más una historia infeliz es infelicidad.

El sufrimiento es principalmente una llamada de atención, que en sí misma es un movimiento de amor. Más que la felicidad, el amor quiere el crecimiento, la ampliación y el profundo aumento de la conciencia y el ser. Cualquier cosa que lo impida se convierte en una causa de dolor, y el amor no rehúye el dolor.

La forma de felicidad del ego no puede existir sin infelicidad. El ego será feliz cuando ocurra algo bueno, pero infeliz cuando termine.

Sé una buena persona, una persona cariñosa y de buen corazón. Esa es mi creencia fundamental. Tener un sentido de cuidado, un sentimiento de compasión traerá felicidad y paz mental a uno mismo y creará automáticamente una atmósfera positiva.

La descendencia, el debido cumplimiento de los ritos religiosos, el servicio fiel, la máxima felicidad conyugal y la bienaventuranza celestial para los antepasados y para uno mismo dependen únicamente de la esposa.