Dios, o el Ser, no puede ser conocido a través de los sentidos. Siempre estamos absortos en el mundo material con nuestros cinco órganos sensoriales y lo estamos olvidando.

Incluso en el mundo, el yogui que cumple fielmente con sus responsabilidades, sin motivo personal ni apego, camina por el camino seguro de la iluminación.

La meditación es como abrazarnos a nosotros mismos, ponernos en contacto con esa asombrosa realidad en nuestro interior. Al meditar sentimos una profunda sensación de intimidad con Dios, un amor que es inexplicable.

Ahora Él te está jalando suavemente. Pero un día, cuando la mente y el cuerpo sean capaces de tolerarlo, Dios te jalará con fuerza y todo tu apego y esclavitud desaparecerán inmediatamente.

La visualización correcta mediante el ejercicio de la concentración y la fuerza de voluntad nos permite materializar pensamientos, no solo como sueños o visiones en el ámbito mental, sino también como experiencias en el ámbito material.

Así como Dios habló con Arjuna, así hablará contigo. Así como levantó el espíritu y la conciencia de Arjuna, así te elevará a ti. Así como otorgó a Arjuna la visión espiritual suprema, así te otorgará la iluminación.

El amor ordinario es egoísta, profundamente enraizado en deseos y satisfacciones. El amor divino es sin condiciones, sin fronteras, sin cambio. El flujo del corazón humano se va para siempre con el toque hipnótico del amor puro.

Es mejor meditar un poco pero con profundidad que meditar mucho mientras la mente vagabundea aquí y allá. Si no haces un esfuerzo por controlar la mente, ella hará lo que quiera, sin importar cuánto tiempo te sientes a meditar.

No temas nada. No odies a nadie, da amor a todos, siente el amor de Dios, ve Su presencia en todos, y ten un solo deseo: Su constante presencia en el templo de tu conciencia - esa es la manera de vivir en este mundo.

¿Por qué perdonar a quien te hace daño? Porque si respondes con ira, malinterpreta tu propia naturaleza divina del alma: no eres mejor que tu agresor. Pero si manifiestas fuerza espiritual, serás bendecido, y el poder de tu comportamiento justo también ayudará a la otra persona a superar su malentendido.

Solo el deseo no es suficiente.

La primera parte del verso dice, ittham prakalpite dehe: "en este cuerpo que fue planeado antes del nacimiento por ti", planeado por tu propio karma. Jiva vasati sarvagah: "el individuo que es digno, capaz, de ir a todas partes". Después de contemplar estas palabras, ¿deberíamos dudar de nuestra situación en la vida? Planeamos nuestras vidas antes del nacimiento, así como nuestros cuerpos, nuestros entornos y nuestras situaciones y circunstancias. Por lo tanto, debemos aceptar nuestra situación y asumir con gracia nuestras responsabilidades.

La quietud es el altar del espíritu.

Evita todas las formas de pereza en tu sadhana.

El éxito se acelera o se retrasa por los hábitos.

Recuerda que debes aprender de todos.

La medicina tiene sus limitaciones, pero la Fuerza de la Vida no tiene ninguna.

La calma es el aliento viviente de la inmortalidad de Dios en ti.

Lo que pierdes en el mundo no será una pérdida para tu alma.

Practica diariamente, y por la gracia de Dios, serás libre.

Cámbiate a ti mismo y habrás hecho tu parte en cambiar el mundo.

El inquieto es la manifestación, y Sthirattva, la Tranquilidad, es el Señor Siva.

Aplicar el cuerpo, la mente y el habla en la acción se llama Ahingsa (No-violencia).