La vida es digna de ese nombre solo cuando refleja la Realidad en acción. Ninguna universidad te enseñará cómo vivir para que, cuando llegue el momento de morir, puedas decir: viví bien, no necesito vivir de nuevo. La mayoría de nosotros morimos deseando poder vivir nuevamente. Se cometieron tantos errores, tanto por hacer. La mayoría de la gente vegeta, pero no vive. Solo recogen experiencia y enriquecen su memoria. Pero la experiencia es la negación de la Realidad, que no es ni sensorial ni conceptual, ni del cuerpo ni de la mente, aunque incluye y trasciende ambos.

Si la mente se duerme, despiértala. Luego, si comienza a vagar, hazla callar. Si llegas al estado en el que no hay ni sueño ni movimiento de la mente, permanece quieto en eso, el estado natural (real).

El estado de Buda es un estado libre de todas las obstrucciones al conocimiento y las emociones perturbadoras. Es el estado en el que la mente está completamente evolucionada.

Ella vio a los innumerables dioses, y más allá de Dios su propia eterna e ineffable eternidad; vio que había rangos de vida más allá de nuestra vida actual, rangos de mente más allá de nuestra mente actual y por encima de estas vio los esplendores del espíritu.

Desarrolla la habilidad de mantenerte al margen como testigo de tus pensamientos. Esto fortalecerá tu mente.

Si podemos cultivar una preocupación por los demás, teniendo en cuenta la unidad de la humanidad, podemos construir un mundo más compasivo.

¿Cómo puedo hacer una diferencia para traer paz a este mundo que tanto amo y aprecio? Un nombre parpadea instantáneamente en mi mente.

El sufrimiento está en la mente. En la mente. En la mente. Sé testigo de ello. Desde tu corazón espiritual.

¡La meditación es un estado de no-mente! No puedes encontrar la meditación a través de la mente, porque la mente se perpetuará a sí misma. Solo puedes encontrar la meditación dejando de lado la mente, siendo tranquilo, indiferente, no identificado con la mente.

Fuera y por encima de la mente, existe el juego de una conciencia iluminada por la Verdad superior, pero el hombre no es consciente de ella y de eso debe ser consciente.

Deja que el estándar de la mente de cada uno se eleve a las alturas de su propia gloria interior y entonces el hombre sentirá por sí mismo la grandeza de los valores más altos de la vida y se sentirá tentado a bajarlos a la vida práctica y vivirlos.

Una emoción es la reacción de tu cuerpo a tu mente.

La fe en un poder superior nos ayuda a controlar nuestra mente y pensamientos.

Domina tus sentidos y tu mente y ve al Señor dentro de tu corazón.

Mantén tu mente concentrada y tus sentidos bajo control.

Al final, la reconciliación es un proceso espiritual, que requiere más que solo un marco legal. Debe ocurrir en los corazones y las mentes de las personas.

En consecuencia, las teorías de la evolución que, de acuerdo con las filosofías que las inspiran, consideran que la mente surge de las fuerzas de la materia viva o como un mero epifenómeno de esta materia, son incompatibles con la verdad sobre el hombre. Tampoco son capaces de fundamentar la dignidad de la persona.

No basta con depender solo de la mente.

No mires a nadie en términos de amigo o enemigo, hermano o primo; no desperdicies tus energías mentales en pensamientos de amistad o enemistad. Buscando el Ser en todas partes, sé amable y equánime con todos, tratándolos por igual.

Sé vigilante; guarda tu mente contra pensamientos negativos.

Demasiada actitud egoísta crea desconfianza y sospecha en los demás, lo que a su vez puede llevar al miedo. Pero si tienes una mente más abierta y cultivas un sentido de preocupación por el bienestar de los demás, entonces, sin importar las actitudes de los demás, puedes mantener tu paz interior.

La verdad es que cada individuo está prisionero de un cuerpo. Un cuerpo es una prisión, una familia es una prisión, el mundo es una prisión, y nosotros somos prisioneros de nuestras propias mentes.

El Ser es el corazón, auto-luminiscente. La iluminación surge del corazón y llega al cerebro, que es el asiento de la mente. El mundo se ve con la mente; por lo tanto, ves el mundo por la luz reflejada del Ser.