Al mirar profundamente a la vida tal como es en este mismo momento, el meditador habita en la estabilidad y la libertad.

La conciencia es el poder que está oculto en el momento presente. ... El propósito final de la existencia humana, es decir, tu propósito, es traer ese poder a este mundo.

Tu vida es perfecta, es un plan perfecto; es un milagro espontáneo. Es ambas cosas en cada momento.

La buena noticia es que en el momento en que decidas que lo que sabes es más importante que lo que te han enseñado a creer, habrás cambiado de marcha en tu búsqueda de abundancia. El éxito viene de adentro, no de afuera.

Imagina por un momento tu propia versión de un futuro perfecto. Verás cómo te encuentras en ese futuro con todo lo que podrías desear en este mismo momento ya cumplido. Ahora toma el recuerdo de ese futuro y tráelo aquí al presente. Déjalo influir en cómo te comportarás a partir de este momento.

Al inhalar, calmo cuerpo y mente. Al exhalar, sonrío. Viviendo en el momento presente, sé que este es el único momento.

Porque por el momento toda disciplina parece dolorosa en lugar de placentera; sin embargo, más tarde da el fruto pacífico de la justicia a aquellos que han sido entrenados por ella.

El momento en que te valoras a ti mismo, el mundo entero te valora.

Para el guerrero, cada momento es un desafío para ser genuino, y cada desafío es un deleite. Cuando dejas ir adecuadamente, puedes relajarte y disfrutar del desafío.

Por favor, deje de esperar un momento mejor y más apropiado para ser feliz y concéntrese en el momento que vive. La felicidad no es una llegada, es el propio viaje. Muchas personas buscan la felicidad por encima de la altura de los seres humanos, algunas por debajo. Sin embargo, la felicidad está exactamente a la altura de los seres humanos.

Escribe en tu corazón que cada día es el mejor día del año. Es rico quien posee el día, y nadie posee el día que permite ser invadido por la preocupación y la ansiedad. Termina cada día y olvídate de él. Has hecho lo que pudiste. Algunas equivocaciones y absurdos, sin duda, se colaron. Olvídalos tan pronto como puedas, mañana es un nuevo día; comienza bien y serenamente, con un espíritu tan elevado que no te puedas dejar agobiar por tus antiguas tonterías. Este nuevo día es demasiado valioso, con sus esperanzas e invitaciones, para perder un momento en los ayer.

Hemos probado todo para deshacernos del sufrimiento. Hemos ido a todas partes para deshacernos de él. Hemos comprado todo para deshacernos de él. Hemos ingerido todo para deshacernos de él. Finalmente, cuando uno ha probado lo suficiente, surge la posibilidad de madurez espiritual con la disposición de detener el vano intento de deshacerse de él y, en su lugar, experimentar realmente el sufrimiento. En ese momento trascendental, surge la realización de lo que está más allá del sufrimiento, de lo que está intacto por el sufrimiento. Surge la realización de quién realmente es uno.

Lo importante es esto: ser capaz, en cualquier momento, de sacrificar lo que somos por lo que podríamos llegar a ser.

El yoga te lleva al momento presente, el único lugar donde la vida existe.

Tienes todo el tiempo del mundo, pero no desperdicies ni un momento.

El poder para crear un futuro mejor está contenido en el momento presente: creas un buen futuro creando un buen presente.

Cuando trascendemos a nosotros mismos, no competimos con los demás. No competimos con el resto del mundo, sino que en cada momento competimos con nosotros mismos.

La "libre voluntad" es una contradicción en términos en el momento en que hablas de "voluntad"—la voluntad siempre es causada, y todo lo que es causado está determinado.

La esperanza es importante porque puede hacer que el momento presente sea menos difícil de soportar. Si creemos que mañana será mejor, podemos soportar una dificultad hoy.

Uno de los motivos más fuertes para desear trabajar en ti mismo es la realización de que puedes morir en cualquier momento; solo debes darte cuenta de esto primero.

Donde hay amor, hay revolución, porque el amor es transformación de momento a momento.

Trata cada momento como un regalo, por eso se llama el presente.

Vivimos en una cultura completamente hipnotizada por la ilusión del tiempo, en la que el llamado momento presente se siente como nada más que una línea infinitesimal entre un pasado causal y un futuro absorbente e importante. No tenemos presente. Nuestra conciencia está casi completamente ocupada con la memoria y la expectativa. No nos damos cuenta de que nunca hubo, no hay ni habrá ninguna otra experiencia que no sea la experiencia presente. Por lo tanto, estamos fuera de contacto con la realidad.