Es cierto que lo subliminal en el hombre es la parte más grande de su naturaleza y contiene en sí el secreto de los dinamismos invisibles que explican sus actividades superficiales. Pero el subconsciente vital inferior que es todo lo que parece saber este psicoanálisis de Freud, - y de eso sólo conoce unos pocos rincones mal iluminados, - no es más que una porción restringida y muy inferior del conjunto subliminal... comenzar por abrir el subconsciente inferior, arriesgando levantar todo lo que es impuro u oscuro en él, es salirse del camino para invitar a problemas.

Los grandes hombres tienen la naturaleza de un niño.

Esperar un verdadero cambio en la vida humana sin un cambio en la naturaleza humana es una proposición irracional y no espiritual.

A través de la verdadera honestidad, cree profundamente que todos los seres sintientes son uno. Que todos los seres tienen la misma verdadera naturaleza, sabiduría y virtud.

Si sientes orgullo, que sea en el pensamiento de que eres el siervo de Dios, el hijo de Dios. Los grandes hombres tienen la naturaleza de un niño. Siempre son un niño ante Él; por eso están libres de orgullo. Toda su fuerza es de Dios y no de ellos mismos. Le pertenece a Él y viene de Él.

Necesitamos encontrar a Dios, y no se le puede encontrar en el ruido y la inquietud. Dios es el amigo del silencio. Mira cómo la naturaleza - los árboles, las flores, la hierba - crece en silencio; mira las estrellas, la luna y el sol, cómo se mueven en silencio... Necesitamos silencio para poder tocar las almas.

El amor sexual es una relación problemática y difícil en culturas donde hay un fuerte sentido de separación del hombre de la naturaleza, especialmente cuando se siente que el reino de la naturaleza es inferior o está contaminado con el mal.

El mundo no cede al cambio. Por su propia naturaleza, es doloroso y transitorio. Velo tal como es y despoja de todos tus deseos y miedos. Cuando el mundo no te sujeta ni te ata, se convierte en un morada de alegría y belleza. Puedes ser feliz en el mundo solo cuando eres libre de él.

Impones límites a tu verdadera naturaleza de ser infinito. Luego te desagrada ser solo una criatura limitada. Entonces comienzas prácticas espirituales para trascender estos límites inexistentes. Pero si tu práctica misma implica la existencia de esos límites, ¿cómo podrías trascenderlos?

Cuando tus intenciones son muy puras y claras, la naturaleza te brinda apoyo.

Si no puedes confiar en ti mismo, ni siquiera puedes confiar en tu desconfianza hacia ti mismo, por lo que sin esta confianza fundamental en el sistema completo de la naturaleza, simplemente estás paralizado.

Si meditas en tu ideal, adquirirás su naturaleza. Si piensas en Dios día y noche, adquirirás la naturaleza de Dios.

Solo los seres humanos pueden cambiar sus malas costumbres, sus altibajos, trampas, deficiencias, ira, orgullo: todas sus malas cualidades. Entonces pueden experimentar su propia naturaleza divina.

Dios es absolutamente santo y sabio. Su naturaleza, atributos y poder son todos santos. Él es omnipresente, incorpóreo, no nacido, inmenso, omnisciente, omnipotente, misericordioso y justo. Él es el creador, protector y destructor de los mundos.

De las tres sendas: jñana (conocimiento), karma (acción) o bhakti (devoción), el sadhaka debe elegir la que se ajuste a su naturaleza. Ninguna de estas sendas es superior o inferior a las otras. Es pura ignorancia considerar que el propio camino es superior y los de los demás inferiores.

Si ayudas a los demás, serás ayudado, tal vez mañana, tal vez en cien años, pero serás ayudado. La naturaleza debe saldar la deuda. Es una ley matemática y toda la vida es matemáticas.

Cuando prestamos atención a la música de la naturaleza, descubrimos que todo en la Tierra contribuye a su armonía.

Entendí que cada flor creada por Él es hermosa, que el brillo de la rosa y la blancura del lirio no disminuyen el perfume de la violeta ni la dulce simplicidad de la margarita. Entendí que si todas las flores humildes quisieran ser rosas, la naturaleza dejaría de estar adornada con hermosos colores. Y así es en el mundo de las almas, el jardín viviente de Nuestro Señor.

Los rishis de antaño alcanzaron el Conocimiento de Brahman. No se puede tener esto mientras haya el más mínimo rastro de mundanalidad. ¡Cuánto trabajaron los rishis! Temprano en la mañana salían del ermitorio y pasaban todo el día en soledad, meditando sobre Brahman. Por la noche regresaban al ermitorio y comían un poco de frutas o raíces. Mantenían su mente alejada de los objetos de la vista, el oído, el tacto y otras cosas de la naturaleza mundana. Solo así se dieron cuenta de Brahman como su propia conciencia interior.

El análisis de los sueños depende de [la hipótesis del inconsciente]. Sin ella, el sueño parece ser simplemente una rareza de la naturaleza, un conglomerado sin sentido de fragmentos de memoria dejados por los sucesos del día.

Cuando la humanidad sirve a la Naturaleza, la Naturaleza sirve a la humanidad. Cuando servimos a los animales y plantas, ellos también nos sirven a nosotros.

La evolución no ha terminado; la razón no es la última palabra ni el animal pensante la figura suprema de la Naturaleza. Así como el hombre surgió del animal, así del hombre surgirá el superhombre.

Todo el mundo manifestado de cosas y seres es proyectado por la imaginación sobre el sustrato que es el Vishnu Eterno y Omnipresente, cuya naturaleza es Existencia-Inteligencia; así como los diferentes adornos están hechos de oro puro.