Al dirigir nuestros sentidos de percepción hacia adentro, podemos experimentar el control, el silencio y la quietud de la mente.

La pureza del habla, de la mente, de los sentidos y de un corazón compasivo es necesaria para aquel que desea ascender a la plataforma divina.

El amante de la naturaleza es aquel cuyos sentidos internos y externos aún están verdaderamente ajustados entre sí; que ha retenido el espíritu de la infancia incluso en la era de la madurez. Su relación con el cielo y la tierra se convierte en parte de su alimento diario. En presencia de la naturaleza, una alegría salvaje recorre al hombre, a pesar de las verdaderas penas.

Es imposible comprender lo que existe mediante razonamientos o debates intelectuales. La verdad absoluta no puede ser probada científicamente porque no puede ser observada, verificada ni demostrada a través de percepciones sensoriales. (...) Esta es la razón por la que los científicos no pueden llegar a ninguna conclusión objetiva sobre la inmortalidad del alma y la vida después de la muerte, y en cualquier caso, nada podría convencerlos. (...) El mundo objetivo es solo la mitad del universo. Lo que percibimos mediante nuestros sentidos no es el mundo en su totalidad. La otra mitad, que incluye la mente, los pensamientos y las emociones, no puede ser explicada por las percepciones sensoriales de objetos externos. (...) El alma no ha sido creada. Es esencialmente conciencia y es perfecta. Tras la disolución del cuerpo físico, todo permanece latente. El alma sobrevive.

La mente es el rey de los sentidos; la respiración es el rey de la mente; y los nervios son los reyes de la respiración.

Los filósofos dicen que el Alma tiene dos caras, su cara superior está mirando a Dios todo el tiempo y su cara inferior mira algo hacia abajo, informando a los sentidos; y la cara superior, que es la cima del alma, está en la eternidad y no tiene nada que ver con el tiempo: no sabe nada del tiempo ni del cuerpo.

Así como el fuego purifica el metal, el control de la respiración purifica la mente y los sentidos.

Todos los poderes del alma y el cuerpo, la memoria, el entendimiento, la voluntad, los sentidos interiores y exteriores, los deseos del espíritu y de los sentidos, todo trabaja en y por el amor.

Este mundo, este universo que nuestros sentidos sienten, o nuestra mente piensa, no es más que un átomo, por así decirlo, del Infinito, proyectado en el plano de la conciencia; y dentro de ese límite estrecho, definido por la red de la conciencia, trabaja nuestra razón, y no más allá. Por lo tanto, debe haber algún otro instrumento que nos lleve más allá, y ese instrumento se llama inspiración.

Al salir de tu mente, llegas a tus sentidos

Terrible es la lucha que presentan los sentidos. ¡Lucha valientemente! Debes conquistarlos.

Lo que llamas el ser psíquico es la mente del vital. El corazón es el asiento de esta mente. Y esta mente es la esencia de los sentidos. Recibe cosas del exterior, actúa sobre las cosas que están fuera, sabe, da consentimiento, se interesa en ellas. Pero esta mente no puede ser el Ishwara, pero es el que conoce, el que da el consentimiento.

Dios, o el Ser, no puede ser conocido a través de los sentidos. Siempre estamos absortos en el mundo material con nuestros cinco órganos sensoriales y lo estamos olvidando.

Renuncia a todo deseo de disfrute en la tierra o en el cielo. Controla los órganos de los sentidos y controla la mente. Soporta cada miseria sin siquiera saber que eres miserable. No pienses en nada más que en la libertad espiritual.

Más allá de los cinco sentidos está la mente, que es aliento; más allá de la mente está buddhi, que es bindu, o el punto (entre las cejas); más allá del bindu, Brahma, el Ser último, es el Vacío Puro y sin Forma.

A través de nuestros sentidos, el mundo aparece. A través de nuestras reacciones, creamos ilusiones. Sin reacciones, el mundo se vuelve claro.

Tu alma tiene una misión especial. Tu alma es supremamente consciente de ello. Maya, la ilusión o el olvido, te hace sentir que eres finito, débil e indefenso. Esto no es cierto. No eres el cuerpo. No eres los sentidos. No eres la mente. Todo esto es limitado. Tú eres el alma, que es ilimitada. Tu alma es infinitamente poderosa. Tu alma desafía todo tiempo y espacio.