No te regocijes sobre el dolor de los demás; tarde o temprano también saborearás el sufrimiento.

En la felicidad y el sufrimiento, en la alegría y el dolor, debemos considerar a todas las criaturas como nos consideramos a nosotros mismos.

¿Cómo puede el buen Dios, que nos ama tanto, estar feliz cuando sufrimos? Nuestro sufrimiento nunca lo hace feliz; pero es necesario para nosotros, y por eso Él nos lo envía, mientras, por así decirlo, aparta Su Rostro... Les aseguro que le cuesta mucho llenar nuestros corazones de amargura.

Si estás dispuesto a tomar un instante para retirar tu atención de lo que sea tu diálogo interno, para retirar energía de cualquier punto de vista sobre tu sufrimiento, es inmediatamente obvio lo que está aquí: la plenitud, la riqueza y el amor de uno mismo como vida consciente.

El dolor en la vida es inevitable, pero el sufrimiento no lo es. El dolor es lo que el mundo te hace, el sufrimiento es lo que te haces a ti mismo [por la forma en que piensas sobre el 'dolor' que recibes]. El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional. [Siempre puedes estar agradecido de que el dolor no sea peor en calidad, cantidad, frecuencia, duración, etc.]

Ser amable, honesto y tener pensamientos positivos; perdonar a quienes nos hacen daño y tratar a todos como amigos; ayudar a los que sufren y nunca considerarnos superiores a los demás: incluso si este consejo parece algo simplista, haz el esfuerzo de ver si, al seguirlo, puedes encontrar mayor felicidad.

Hemos probado todo para deshacernos del sufrimiento. Hemos ido a todas partes para deshacernos de él. Hemos comprado todo para deshacernos de él. Hemos ingerido todo para deshacernos de él. Finalmente, cuando uno ha probado lo suficiente, surge la posibilidad de madurez espiritual con la disposición de detener el vano intento de deshacerse de él y, en su lugar, experimentar realmente el sufrimiento. En ese momento trascendental, surge la realización de lo que está más allá del sufrimiento, de lo que está intacto por el sufrimiento. Surge la realización de quién realmente es uno.

El sufrimiento me acerca tanto a Dios.

El sufrimiento está en la mente. En la mente. En la mente. Sé testigo de ello. Desde tu corazón espiritual.

Incluso una pequeña práctica de este dharma (rito religioso o acción recta) te salvará de un gran miedo (mahato bhayat): los enormes sufrimientos inherentes a los ciclos repetidos de nacimiento y muerte.

Los tres tipos de miseria son la miseria del sufrimiento, la miseria del cambio y la miseria generalizada.

La acción que surge del sufrimiento está contaminada con sufrimiento y causa más sufrimiento, y eso es karma. La acción que surge de un estado de "aceptación" está totalmente libre de karma. Y hay una gran diferencia.

El dolor es físico; el sufrimiento es mental. Más allá de la mente no hay sufrimiento. El dolor es esencial para la supervivencia del cuerpo, pero nada te obliga a sufrir. El sufrimiento se debe completamente al apego o la resistencia; es una señal de nuestra falta de voluntad para avanzar, para fluir con la vida.

Entra conmigo en los sufrimientos, no solo del pueblo de la India, sino del mundo entero. La no violencia es una lucha más activa y real contra la maldad que la represalia, cuya naturaleza misma es aumentar la maldad. No es un arma de los débiles. Es un arma de los más fuertes y valientes.

El apego es la fuente de todo sufrimiento.

Estás aquí. No eres el que va y viene. Deja que lo que estás sufriendo vaya y venga, no tú. Quédate quieto.

Nuestro estado más natural es la alegría. Es la base del amor, la compasión, la sanación y el deseo de aliviar el sufrimiento.

Cuando comienzas a ver que tu enemigo está sufriendo, ese es el comienzo de la visión profunda.

También es muy difícil sacrificar el sufrimiento propio. Un hombre renunciará a cualquier placer que quieras, pero no renunciará a su sufrimiento.

Nunca ha habido una prisión construida por el hombre de la que las personas no hayan descubierto cómo escapar. Pero, ¿qué tipo de prisión ha creado Krishna?... no hay paredes, no hay guardias y aunque todos sufren en este mundo, nadie quiere salir.

Lo Divino se regocija al verte feliz. Dios, o la Creación, está tan feliz cuando tú eres feliz. Cuando bailas, cantas y saltas felizmente, eso es una verdadera oración, esa es una verdadera meditación. La meditación es una fuente de alegría, un éxtasis; y lo Divino disfruta más de eso. Lo Divino no gusta de tu sufrimiento.

No sufro; no puedo sufrir porque no soy un objeto. Por supuesto, existe el sufrimiento. Pero, ¿te das cuenta de lo que es este sufrimiento? Yo soy el sufrimiento. Cualquier cosa que se manifieste, soy el funcionamiento. Cualquier cosa que sea perceptible, soy el percibir de ella. Cualquier cosa que se haga, soy el hacer de ella; soy el que lo hace y, entiende esto, también soy eso que se hace. De hecho, soy el funcionamiento total.

El sufrimiento es el camino para la Realización de Dios.