Él está consciente solo de Dios... Ser consciente de conocer a Dios es conocer acerca de Dios y de uno mismo.

Puedes llamar a Dios amor, puedes llamar a Dios bondad. Pero el mejor nombre para Dios es compasión.

Quien puede hacer distinción en Dios sin número ni cantidad, sabe que las tres personas de la Trinidad son un solo Dios.

Dios no trabaja de la misma manera en todos los corazones, sino según la preparación y sensibilidad que encuentra en cada uno.

Toda criatura es una palabra de Dios.

Mi Señor me contó un chiste. Y verlo reír ha hecho más por mí que cualquier escritura que leeré.

Estoy tan seguro como que vivo de que nada está tan cerca de mí como Dios. Dios está más cerca de mí de lo que estoy de mí mismo; mi existencia depende de la cercanía y la presencia de Dios.

Dios es inteligencia ocupada en conocerse a sí mismo.

Cuanto más tenemos, menos poseemos.

Nadie es olvidado. Es una mentira, cualquier hablar de Dios que no te consuele.

Cuando alguien sale de sí mismo para encontrar a Dios o traer a Dios, está equivocado.

Dios está en casa, somos nosotros los que hemos salido a caminar.

Cuando eres frustrado, es tu propia actitud la que está fuera de lugar.

Nadie sabe qué es el alma. Pero lo que sí sabemos es que el alma es donde Dios obra compasión.

Aprecia a Dios en todas las cosas, porque Dios está en todas las cosas. Cada criatura está llena de Dios y es un libro sobre Dios. Cada criatura es una palabra de Dios.

Si alguien preguntara durante mil años a la vida: "¿Por qué vives?", la vida, si pudiera responder, solo diría: "Vivo para vivir". Esto es porque la vida vive desde su propio fundamento y surge de su propia fuente, y así vive sin preguntar por qué está viviendo.

Esté listo en todo momento para los dones de Dios, y siempre para los nuevos.

Nada podrá impedírnoslo, si deseamos y buscamos solo a Dios, y no tomamos placer en nada más.

No es por tus acciones que serás salvado, sino por tu ser.

En mi irrupción...trasciendo todas las criaturas y no soy ni Dios ni criatura...pues en esta irrupción descubro que Dios y yo somos lo mismo.

Soy lo que quería y quiero lo que soy.

Mantengo que toda tristeza proviene del amor hacia esas cosas de las que la pérdida me priva.

Cuando el Alma quiere experimentar algo, lanza una imagen delante de ella y luego entra en ella.