Estamos revisando algunas traducciones.
Gracias por tu comprensión.
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Si somos bendecidos con una gran recompensa, como la fama o la fortuna, es el fruto de una semilla que plantamos en el pasado.
La ilusión significa mortalidad. Y la consciencia significa la iluminación búdica.
Cuando no entiendes, dependes de la realidad. Cuando entiendes, la realidad depende de ti.
El Camino es básicamente perfecto. No requiere perfeccionarse. El Camino no tiene forma ni sonido. Es sutil y difícil de percibir. Es como cuando bebes agua: sabes si está caliente o fría, pero no puedes decírselo a los demás.
Mientras estés sujeto al nacimiento y la muerte, nunca alcanzarás la iluminación.
No pensar en nada es Zen. Una vez que sabes esto, caminar, sentarse o acostarse, todo lo que haces es Zen.
Si usas tu mente para estudiar la realidad, no entenderás ni tu mente ni la realidad. Si estudias la realidad sin usar tu mente, entenderás ambas. . . . La mente y el mundo son opuestos, y la visión surge donde se encuentran. Cuando tu mente no se agita por dentro, el mundo no surge por fuera. Cuando el mundo y la mente son transparentes, esto es visión verdadera. Y tal comprensión es verdadera comprensión.
Cuando los mortales están vivos, se preocupan por la muerte. Cuando están llenos, se preocupan por el hambre. Suya es la Gran Incertidumbre. Pero los sabios no consideran el pasado. Y no se preocupan por el futuro. Tampoco se aferran al presente. Y de momento a momento siguen el Camino.
Todo sagrado, nada sagrado.
No puedes conocer tu verdadera mente mientras te engañes a ti mismo.
El Buda es tu verdadero cuerpo, tu mente original.
Como mortales, estamos gobernados por las condiciones, no por nosotros mismos.
Las personas que no ven su propia naturaleza y creen que pueden practicar la ausencia de pensamiento todo el tiempo son mentirosos y tontos.
La mente ignorante, con sus infinitas aflicciones, pasiones y males, está enraizada en los tres venenos: la codicia, la ira y la ilusión.
No crear ilusiones es iluminación.
La mente es la raíz de la que crecen todas las cosas. Si puedes entender la mente, todo lo demás está incluido.
Una vez que dejes de aferrarte y permitas que las cosas sean, serás libre, incluso del nacimiento y la muerte. Transformarás todo.
La realidad no tiene interior, exterior ni parte media.
Cuando estamos engañados hay un mundo del que escapar. Cuando estamos conscientes, no hay nada que escapar.
Esta vida no tiene forma y es vacía por naturaleza. Si te aferras a alguna forma, debes rechazarla. Si ves un ego, un alma, un nacimiento o una muerte, recházalos todos.
Buscar es sufrir. No buscar nada es felicidad.
Independientemente de lo que hagamos, nuestro karma no tiene control sobre nosotros.
No odies ni odio a la vida ni al amor a la vida y la muerte. Mantén tu pensamiento libre de ilusiones, y en la vida serás testigo del comienzo del nirvana, y en la muerte experimentarás la certeza de no renacer.