Si meditas en tu ideal, adquirirás su naturaleza. Si piensas en Dios día y noche, adquirirás la naturaleza de Dios.

Si dedicaras una décima parte del tiempo que dedicas a distracciones como perseguir mujeres o ganar dinero a la práctica espiritual, te iluminarías en unos pocos años.

La aguja magnética siempre apunta al norte, y por eso el barco no pierde su dirección. Mientras el corazón del hombre esté dirigido hacia Dios, no puede perderse en el océano del mundo.

Dios me ha revelado que solo el Paramatman, a quien los Vedas describen como el Alma Pura, es tan inmutable como el Monte Sumeru, desapegado y más allá del dolor y el placer. Hay mucha confusión en este mundo de su maya. No se puede decir de ninguna manera que 'esto' vendrá después de 'aquello' o que 'esto' producirá 'aquello'.

Las vanidades de todos los demás pueden desaparecer gradualmente, pero la vanidad de un santo respecto a su santidad es realmente difícil de desvanecer.

La espiritualidad lleva automáticamente a la humildad. Cuando una flor se convierte en fruto, los pétalos caen por sí solos. Cuando uno se vuelve espiritual, el ego desaparece gradualmente por sí solo. Un árbol cargado de frutos siempre se inclina bajo. La humildad es un signo de grandeza.

Nos reímos de los esfuerzos del ciervo almizclero para encontrar la fuente del aroma que proviene de sí mismo y desesperamos por nuestros esfuerzos para encontrar la paz que es nuestra esencia.

Imagina una vasta extensión de agua: arriba y abajo, antes y detrás, a la derecha y a la izquierda, en todas partes hay agua. En esa agua hay un frasco lleno de agua. Hay agua dentro del frasco y agua fuera de él, pero el frasco sigue allí. El 'yo' es el frasco.

Cuando se corta la cabeza de una cabra, el tronco sigue luchando durante un tiempo, mostrando aún signos de vida. De manera similar, aunque ahamkara (egoísmo) se mata en el hombre perfecto, aún queda suficiente vitalidad para permitirle continuar con las funciones de la vida física; pero no es suficiente para atarlo nuevamente al mundo.

No se puede ser espiritual mientras se tenga vergüenza, odio o miedo.

No seas de mente pequeña. No pidas calabazas y calabazas a Dios, cuando deberías estar pidiendo amor puro y conocimiento puro para que amanezca en cada corazón.