Estamos revisando algunas traducciones.
Gracias por tu comprensión.
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El amor es la capacidad de cuidar, proteger, nutrir. Si no eres capaz de generar ese tipo de energía hacia ti mismo — si no eres capaz de cuidarte, nutrirte, protegerte — es muy difícil cuidar a otra persona.
Si en nuestra vida diaria podemos sonreír, si podemos estar en paz y felices, no solo nosotros, sino todos se beneficiarán de ello. Este es el tipo más básico de trabajo por la paz.
Gracias a la impermanencia, todo es posible.
La acción no violenta, nacida de la conciencia del sufrimiento y alimentada por el amor, es la forma más efectiva de enfrentar la adversidad.
La semilla del sufrimiento en ti puede ser fuerte, pero no esperes hasta que no sufras más para permitirte ser feliz.
La iluminación siempre está ahí. La pequeña iluminación traerá gran iluminación. Si respiras y eres consciente de que estás vivo—de que puedes tocar el milagro de estar vivo—entonces eso es una forma de iluminación. Muchas personas están vivas pero no tocan el milagro de estar vivos.
Hay tantas condiciones para la felicidad disponibles, no tienes que correr hacia el futuro para obtener más.
Tu verdadero hogar está en el aquí y el ahora.
Las palabras y los pensamientos sobre la acción compasiva que no se ponen en práctica son como flores hermosas que son coloridas pero no tienen fragancia.
Vuelve y cuídate a ti mismo. Tu cuerpo te necesita, tus percepciones te necesitan, tus sentimientos te necesitan. El niño herido dentro de ti te necesita. Tu sufrimiento necesita que lo reconozcas.
La realidad es que estamos a salvo y tenemos la capacidad de disfrutar de las maravillas de la vida en el momento presente. Cuando reconocemos que nuestro sufrimiento se basa en imágenes en lugar de en la realidad actual, vivir felizmente en el momento presente se hace posible de inmediato.
Sonríe, respira y ve despacio.
Hasta que haya paz entre las religiones, no habrá paz en el mundo.
El secreto del budismo es eliminar todas las ideas, todos los conceptos, para que la verdad tenga la oportunidad de penetrar y revelarse.
La práctica de la paz y la reconciliación es una de las acciones humanas más vitales y artísticas.
Dejar ir nos da libertad, y la libertad es la única condición para la felicidad. Si, en nuestro corazón, aún nos aferramos a algo—ira, ansiedad o posesión—no podemos ser libres.
La respiración es el puente que conecta la vida con la conciencia, que une tu cuerpo con tus pensamientos. Siempre que tu mente se disperse, usa tu respiración como medio para retomar el control de tu mente.
Llevas a la Madre Tierra dentro de ti. Ella no está fuera de ti. La Madre Tierra no es solo tu entorno.
La ira es como una tormenta que surge desde lo más profundo de tu conciencia. Cuando la sientas venir, dirige tu enfoque a tu respiración.
Algunas personas viven como si ya estuvieran muertos. Hay personas a nuestro alrededor que están consumidas por su pasado, aterrorizadas por su futuro y atrapadas en su ira y celos. No están vivos; son solo cadáveres ambulantes.
El momento presente está lleno de alegría y felicidad. Si eres atento, lo verás.
El milagro no es caminar sobre el agua. El milagro es caminar sobre la tierra verde, viviendo profundamente en el momento presente y sintiéndote verdaderamente vivo.
Cada respiración que tomamos, cada paso que damos, puede estar lleno de paz, alegría y serenidad.