Estamos revisando algunas traducciones.
Gracias por tu comprensión.
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Cuando Dios envía su ángel al alma, se convierte en el que sabe con certeza.
La compasión es donde la paz y la justicia se besan.
Abrazar a Dios en todas las cosas, esta es la señal de tu nuevo nacimiento.
Nadie en ningún momento está separado de Dios.
El hombre exterior es la puerta que gira; el hombre interior es la bisagra quieta.
Puedo errar, pero no soy un hereje, pues lo primero tiene que ver con la mente y lo segundo con la voluntad.
Esto no es solo un mandamiento, sino también una promesa o recompensa.
Te guste o no, lo sepas o no, en secreto toda la naturaleza busca a Dios y trabaja hacia Él.
...Donde y cuando Dios te encuentre listo, debe actuar y desbordarse en ti, así como el sol debe desbordarse en el aire claro y puro y no puede evitarlo.
El amor con el que amamos a Dios es el mismo amor con el que Dios nos amó primero.
Para llegar al núcleo de Dios en su mayor grandeza, primero debe llegar al núcleo de sí mismo en su menor tamaño, porque nadie puede conocer a Dios que no se haya conocido a sí mismo primero. Este núcleo es una quietud simple, que no se mueve a sí misma, pero por cuya inmovilidad todas las cosas se mueven y todo recibe vida.
La obra exterior nunca puede ser pequeña si la interior es grande, y la obra exterior nunca puede ser grande o buena si la interior es pequeña o de poco valor.
El espíritu humano debe trascender el número y romper la multiplicidad, y Dios atravesará a él; y así como Él
El ojo con el que veo a Dios es el mismo ojo con el que Dios me ve.
La gente no debe preocuparse tanto por lo que hacen, sino por lo que son.
Por humildad, de un enemigo ha hecho un amigo, lo cual es más que haber creado una nueva tierra.
Los teólogos pueden pelear, pero los místicos del mundo hablan el mismo lenguaje.
Donde la intuición encuentra, el amor sigue, y la memoria y toda el alma también.
Algunas personas quieren ver a Dios con sus ojos como ven una vaca, y amarlo como aman una vaca - por la leche, el queso y la ganancia que les trae. Así es como es con las personas que aman a Dios por el bien de la riqueza externa o el consuelo interior. No aman a Dios de verdad, cuando lo aman por su propio beneficio.
La espiritualidad no se aprende huyendo del mundo, ni escapando de las cosas, ni volviéndose solitario y apartándose del mundo. Más bien, debemos aprender una soledad interior, donde sea o con quien sea que estemos. Debemos aprender a penetrar las cosas y encontrar a Dios allí.
Dios está más cerca de mí que yo mismo; Él está igualmente cerca de la madera y la piedra, pero ellos no lo saben.
Sé dispuesto a ser un principiante cada mañana.
En esta irrupción, recibo que Dios y yo somos uno. Entonces soy lo que era, y entonces ni disminuyo ni aumento, porque soy una causa inmóvil que mueve todas las cosas.