Cuando no puedes mantener el cuerpo quieto, no puedes mantener el cerebro quieto. Si no conoces el silencio del cuerpo, no puedes comprender el silencio de la mente. La acción y el silencio deben ir juntos. Si hay acción, debe haber también silencio. Si hay silencio, puede haber acción consciente y no solo movimiento.

Nuestra codicia proviene del miedo de que no tendremos suficiente, ya sea dinero o amor que agarraremos. El yoga nos enseña a dejar ir estos miedos y, de ese modo, darnos cuenta de la abundancia a nuestro alrededor y dentro de nosotros.

La mejor manera de superar el miedo es enfrentarse con ecuanimidad a la situación de la que uno tiene miedo.

El entrenamiento de la mente y el cuerpo lleva a la conciencia del alma.

El yogui no puede tener miedo de morir, porque ha dado vida a cada célula de su cuerpo. Nosotros tememos morir porque tememos no haber vivido. El yogui ha vivido.

La mente es el rey de los sentidos; la respiración es el rey de la mente; y los nervios son los reyes de la respiración.

El que ha aprendido a controlar su lengua ha alcanzado un gran control sobre sí mismo. Cuando una persona así habla, será escuchada con respeto y atención. Sus palabras serán recordadas, porque serán buenas y verdaderas. Cuando alguien establecido en la verdad ora con un corazón puro, entonces las cosas que realmente necesita le llegarán cuando realmente las necesite: no tiene que ir tras ellas. La persona firmemente establecida en la verdad obtiene el fruto de sus acciones sin aparentemente hacer nada. Dios, la fuente de toda verdad, provee sus necesidades y cuida de su bienestar.

Cuando la estabilidad se convierte en un hábito, la madurez y la claridad siguen.

Mientras el cuerpo no esté en perfecto estado de salud, piensas en él, y eso impide que pienses en la mente. La mente sana es el cuerpo sano.

No te pienses como una cosa pequeña, comprimida y sufriente. Piensa en ti mismo como algo lleno de gracia y en expansión, sin importar cuán improbable pueda parecer en ese momento.

La dureza de un diamante es parte de su utilidad, pero su verdadero valor está en la luz que pasa a través de él.

Las palabras no pueden transmitir el valor del yoga; tiene que ser experimentado.

¿Por qué pensar en la liberación en algún momento futuro? La liberación está en las pequeñas cosas, aquí y ahora.

El yoga es una luz, que una vez encendida, nunca se apaga. Cuanto mejor sea tu práctica, más brillante será la llama.

A veces nuestro cuerpo está dispuesto, pero nuestra mente es débil. A veces nuestra mente está dispuesta, pero nuestro cuerpo es débil. No tengas miedo. Esfuérzate por extender tu capacidad, pero no te decepciones contigo mismo. Lo que no nos desafía, no puede cambiarnos.

Así como las hojas se mueven con el viento, tu mente se mueve con tu respiración.

La cura para combatir las tres Ss: estrés, tensión y velocidad, se puede encontrar en tres Ws: el trabajo de la práctica devota, la sabiduría que proviene de entender el yo y el mundo, y la adoración, porque, en última instancia, rendirse a lo que no podemos controlar permite que el ego se relaje y pierda la ansiedad de su propio yo infinitesimal en la infinitud de lo divino.

La respiración es el rey de la mente.

Mi mamá me dijo que solo los locos y los apasionados logran algo en la vida.

La belleza de un lago refleja la belleza que lo rodea. Cuando la mente está quieta, la belleza del Ser se refleja en ella.

Cualquier acción realizada con belleza y pureza, y en completa armonía de cuerpo, mente y alma, es Arte.

Al explorar el alma, es importante recordar que esta exploración se llevará a cabo dentro de la naturaleza (el cuerpo), porque ahí es donde estamos y lo que somos.

El cuerpo es el soporte para el alma. Entonces, ¿por qué no dejar que el cuerpo sea apoyado por una pared o un bloque?