No dejes que tus pecados se conviertan en malos hábitos.

Podemos hablar de amor y humildad como las verdaderas flores del crecimiento espiritual; y emiten un aroma maravilloso, que beneficia a todos los que se acercan.

Es la naturaleza del amor trabajar de mil maneras diferentes.

Cuando la conciencia ordena algo, solo hay una cosa que temer, y esa es el miedo.

Dios no tiene manos, pies ni voz, excepto las nuestras, y a través de ellas Él trabaja.

Hay más valor en un pequeño estudio de humildad y en un solo acto de ella que en todo el conocimiento del mundo.

Cada parte del viaje es importante para el todo.

Es peligroso estar satisfecho con uno mismo.

Que Dios me proteja de los santos sombríos.

Si practicamos el amor al prójimo con gran perfección, habremos hecho todo.

Dios líbrame de las personas tan espirituales que quieren convertir todo en perfecta contemplación, pase lo que pase.

Su corazón está lleno de alegría con amor, porque en el Señor su mente se aquieta. Ha renunciado a todo apego egoísta y extrae gozo y fuerza duraderos del Uno que está dentro. No vive para sí misma, sino para servir al Señor del Amor en todo, y nada a través del mar de la vida afrontando sus ásperas olas con alegría.

Recuerda que solo tienes una alma; que solo tienes una muerte que morir; que solo tienes una vida... Si haces esto, habrá muchas cosas de las que no te importarás.

El descontento con este mundo da un anhelo tan doloroso de abandonarlo que, si el corazón encuentra consuelo, es únicamente por el pensamiento de que Dios desea que permanezca aquí en el destierro.

Cuando aceptamos lo que nos sucede y lo aprovechamos lo mejor posible, estamos alabando a Dios.

¡Si así tratas a tus amigos, no es de extrañar que tengas tan pocos!

No te decepciones cuando la obediencia te mantenga ocupado en tareas exteriores. Si te envía a la cocina, recuerda que el Señor camina entre las ollas y sartenes.

En estado de gracia, el alma es como un pozo de agua limpia, de donde fluyen solo corrientes de cristal más claro. Sus obras son agradables tanto a Dios como al hombre, surgiendo del Río de la Vida, junto al cual está enraizada como un árbol.

Cualquiera que ame verdaderamente a Dios viaja seguro.

La vida del espíritu no es nuestra vida, sino la vida de Dios dentro de nosotros.

La humildad debe siempre estar trabajando como una abeja haciendo miel en la colmena: sin humildad todo se pierde.

Desde el cielo, incluso la vida más miserable parecerá una mala noche en un hotel incómodo.

El sufrimiento es un gran favor. Recuerda que todo pronto llegará a su fin... y toma valor. Piensa en cómo nuestra ganancia es eterna.