El silencio interior promueve la claridad mental; nos hace valorar el mundo interior; nos entrena para ir al interior en busca de la fuente de paz e inspiración cuando enfrentamos problemas y desafíos.

El silencio es un océano. El habla es un río. Cuando el océano te busca, no camines hacia el río. Escucha el océano.

Cuando puedes soportar tu propio silencio, eres libre.

Internaliza la mente errante y fíltrala en el Señor. Entonces la meditación será profunda e intensa. No abras los ojos. No te muevas del asiento. Fúndete en Él. Sumérgete en los rincones profundos de tu corazón. Sumérgete en el brillante Atman. Bebe el néctar de la Inmortalidad. Ahora disfruta del silencio. ¡Hijo del néctar! ¡Alégrate! ¡Paz! ¡Silencio! ¡Gloria!

Solo una persona de silencios internos se convierte en creador. Y necesitamos cada vez más personas creativas en el mundo. Su propia creatividad, su propio silencio, su propio amor, su propia paz serán la única manera de proteger este hermoso planeta.

Escuchar el silencio, dondequiera que estés, es una forma fácil y directa de estar presente. Incluso si hay ruido, siempre hay algo de silencio debajo y entre los sonidos. Escuchar el silencio crea inmediatamente quietud dentro de ti.

Hay un gran silencio dentro de cada uno de nosotros que nos invita a él, y la recuperación de nuestro propio silencio puede empezar a enseñarnos el lenguaje del cielo.

Si haces tu práctica, no es posible que no hagas progreso, aunque a menudo no veas el progreso sutil a niveles más profundos. Los gurus transmiten lo mejor de su conocimiento, el corazón de sus enseñanzas, en silencio. Y cuando estás en silencio dentro de ti, se comunican contigo a ese nivel. Haz tus prácticas si quieres hacer progreso.

Tu iluminación es perfecta solo cuando el silencio se convierte en una celebración. De ahí mi insistencia en que después de meditar debes celebrar. Después de haber estado en silencio debes disfrutarlo, debes dar gracias. Debes mostrar una profunda gratitud hacia todo solo por la oportunidad de ser, de meditar, de estar en silencio, de reír.

La creatividad tiene dos posibilidades. Una es que surja de tu silencio, amor, comprensión, claridad de visión, tu íntima amistad con la existencia; entonces la creatividad es saludable. Pero si no surge de la meditación, del silencio, de la paz, de la comprensión y del amor, entonces hay un peligro. Puede surgir de tu mente confundida. Puede surgir de tu locura.

El silencio es la verdad. El silencio es la dicha. El silencio es la paz. Y por lo tanto, el silencio es el Ser.

Ningún pensamiento particular puede ser el estado natural de la mente, solo el silencio. No la idea de silencio, sino el silencio mismo. Cuando la mente está en su estado natural, vuelve al silencio espontáneamente después de cada experiencia, o más bien, cada experiencia ocurre sobre el fondo del silencio.

Lanzas espinas, al caer en mi silencio se convierten en flores.

Es mejor sentarse solo que en compañía de los malos, pero es mejor aún sentarse con los buenos que estar solo. Es mejor hablar con un buscador de conocimiento que permanecer en silencio, pero el silencio es mejor que las palabras vanas.

La gente a menudo me hace preguntas que no puedo responder bien con palabras, y me entristece pensar que no pueden escuchar la voz de mi silencio.

El silencio es el adorno de los sabios, y para los necios la única dignidad posible.

Necesitamos silencio para estar a solas con Dios, hablar con él, escucharlo, meditar sobre sus palabras en lo profundo de nuestro corazón. Necesitamos estar a solas con Dios en silencio para renovarnos y transformarnos. El silencio nos da una nueva perspectiva sobre la vida. En él estamos llenos de la energía de Dios mismo que nos hace hacer todo con alegría.

La misma inefable Verdad se experimenta de dos maneras: como Silencio Autoiluminado, o como el Juego Eterno del Uno.

¿Qué es lo que está por encima de las palabras? Acción. ¿Qué es lo que está por encima de la acción? Silencio.

El silencio también es conversación.

¡Oh Jesús! En este día has cumplido todos mis deseos. De ahora en adelante, cerca de la Eucaristía, podré sacrificarme en silencio, esperar el Cielo en paz. Manteniéndome abierta a los rayos de la Divina Hostia, En este horno de amor, seré consumida, Y como un serafín, Señor, Te amaré.

Antes de hablar, pregúntate a ti mismo, ¿es amable, es necesario, es verdad, mejora el silencio?

En paz y silencio, la piel del "yo" se disuelve y lo interno y lo externo se convierten en uno.