El poder de la concentración es la única clave para el tesoro del conocimiento.

Dos cosas pueden hacer que las personas se esfuercen: si quieren obtener algo o si quieren deshacerse de algo. Solo que, en condiciones ordinarias, sin conocimiento, las personas no saben de qué pueden deshacerse ni qué pueden ganar.

Debemos llegar a un conocimiento transformado, un desconocimiento que no proviene de la ignorancia, sino del conocimiento.

Cada palabra tiene un aspecto dual; transmite un significado basado en el conocimiento y un significado basado en la ignorancia. Los aspectos de las palabras que indican algo diferente a Krishna, Visnu o Sri Caitanya, transmiten un significado basado en la ignorancia. En el conocimiento, todo indica a Krishna y significa a Krishna.

El comportamiento humano fluye de tres fuentes principales: deseo, emoción y conocimiento.

La presencia es la esencia de la meditación. Sea lo que sea que uno haga, sea lo que sea que uno intente practicar, es intentar ver lo que está aquí y ahora. Uno se hace consciente del momento presente mediante medios como concentrarse en la respiración. Esto se basa en desarrollar el conocimiento de la presencia, porque cada respiración es única. Es una expresión del ahora.

Los antiguos yoguis descubrieron que el secreto de la conciencia cósmica está íntimamente ligado al dominio de la respiración. Esta es la contribución única e inmortal de la India al tesoro mundial del conocimiento. La fuerza vital, que normalmente se absorbe en el mantenimiento del bombeo cardíaco, debe liberarse para actividades superiores mediante un método de calma y tranquilidad de las demandas incesantes de la respiración.

El intelecto es el conocimiento obtenido por la experiencia de nombres y formas; la sabiduría es el conocimiento que se manifiesta solo desde el ser interior; para adquirir intelecto se debe profundizar en los estudios, pero para obtener sabiduría solo se necesita el flujo de la misericordia divina; es tan natural como el instinto de nadar para el pez o de volar para el pájaro. El intelecto es la vista que permite ver a través del mundo exterior, pero la luz de la sabiduría permite ver a través del exterior hacia el mundo interior.

La persona sabia vive con un signo de interrogación '?' y el hombre de asombro y maravilla vive con un signo de exclamación.

Brahman está más allá de la mente y el habla, más allá de la concentración y la meditación, más allá del conocedor, lo conocido y el conocimiento, más allá incluso de la concepción de lo real y lo irreal. En resumen, está más allá de toda relatividad.

El conocimiento da poder. En la práctica, es muy simple. Para controlarte a ti mismo, conócete a ti mismo.

Demasiado conocimiento de libros solo conduce a dudas y confusión. Obtienes demasiadas dudas preguntando "¿qué es esto?" y "¿qué es aquello?", y pierdes mucho tiempo en este conflicto.

El conocimiento que no se pone en práctica es como la comida que no se digiere.

¡Orad y aprended a orar! Profundizad vuestro conocimiento de la Palabra del Dios Vivo leyendo y meditando las Escrituras.

Así como el verdadero humor es reírse de uno mismo, la verdadera humanidad es conocerse a uno mismo.

El conocimiento espiritual mejora la habilidad intuitiva, la capacidad innovadora y la comunicación.

Cuando uno realiza a Dios, Él otorga conocimiento e iluminación desde dentro; uno lo sabe por sí mismo. En la plenitud de la realización espiritual, uno descubrirá que Aquel que reside en su corazón, reside también en los corazones de los demás: los oprimidos, los perseguidos, los intocables y los marginados.

Todos los problemas de la Iglesia, todos los males del mundo, provienen de esta fuente: que los hombres no penetran en las verdades de las Sagradas Escrituras con conocimiento claro y firme y seria consideración.

No hay conocimiento sin asumir riesgos.

A medida que las hogueras del conocimiento se vuelven más brillantes, más oscuridad se revela a nuestros ojos sorprendidos.

Si puedes aferrarte a este conocimiento ‘Yo soy el Ser’ en todo momento, no es necesaria más práctica.

La experiencia de no olvidar la conciencia sola es el estado de devoción que es la relación de un amor real que no se desvanece, porque el verdadero conocimiento del Ser, que brilla como la bienaventuranza suprema indivisa, surge como la naturaleza del amor. El amor mismo es la forma actual de Dios. Eso es pura bienaventuranza. Llamalo pura bienaventuranza, Dios, Ser, o lo que quieras. Eso es devoción, eso es realización y eso es todo.

El conocimiento de una persona iluminada se rompe en las duras rocas de la ignorancia.