Si mantienes tu corazón siempre sumergido en la profundidad de ese amor sagrado, tu corazón seguramente permanecerá siempre lleno hasta rebosar con el fervor divino del amor sagrado.

Ora a Dios para que tu apego a cosas transitorias como la riqueza, el nombre y los placeres materiales disminuya cada vez más con el tiempo.

Vive como un pez de barro: su piel es brillante y reluciente aunque vive en el barro.

El camino del amor es tan verdadero como el camino del conocimiento. Todos los caminos finalmente conducen a la misma Verdad. Pero mientras Dios mantenga el sentimiento del ego en nosotros, es más fácil seguir el camino del amor.

La aguja magnética siempre apunta al norte, y por eso el barco no pierde su dirección. Mientras el corazón del hombre esté dirigido hacia Dios, no puede perderse en el océano del mundo.

Viaja por los cuatro confines de la tierra y no encontrarás nada (ninguna religión verdadera) en ningún lado. Todo lo que hay, está solo aquí (en el corazón de uno).

Los grandes hombres tienen la naturaleza de un niño.

Si sientes orgullo, que sea en el pensamiento de que eres el siervo de Dios, el hijo de Dios. Los grandes hombres tienen la naturaleza de un niño. Siempre son un niño ante Él; por eso están libres de orgullo. Toda su fuerza es de Dios y no de ellos mismos. Le pertenece a Él y viene de Él.

Si hay errores en otras religiones, eso no es asunto nuestro. Dios, a quien pertenece el mundo, se encarga de eso.

Las olas pertenecen al Ganges, no el Ganges a las olas. Un hombre no puede realizar a Dios a menos que se deshaga de todas esas ideas egotísticas como "Soy un hombre tan importante" o "Soy tal y cual". Nivela el montículo del "yo" hasta el suelo disolviéndolo con lágrimas de devoción.

El amor puro a Dios es lo esencial. Todo lo demás es irreal.

¿De qué sirve solo escuchar conferencias? Lo real es la práctica.

Muchos buenos dichos se encuentran en los libros sagrados, pero simplemente leerlos no hará a uno religioso.

No debes sentir que tu camino es el único camino correcto y que los demás caminos están equivocados. No debes albergar malicia hacia los demás.

Un baño en el Ganges sin duda absuelve a uno de todos los pecados; pero ¿de qué sirve eso? Dicen que los pecados se posan en los árboles a lo largo de las orillas del Ganges. Tan pronto como el hombre regresa de las aguas sagradas, los viejos pecados saltan sobre sus hombros desde los árboles. Los mismos viejos pecados lo poseyeron de nuevo. Apenas sale de las aguas antes de que caigan sobre él.

No es solo el deseo lo que uno debe temer en la vida del mundo. También está la ira. La ira surge cuando se colocan obstáculos en el camino del deseo.

El hombre que trabaja para los demás, sin ningún motivo egoísta, realmente hace bien a sí mismo.

La discriminación correcta es de dos tipos: analítica y sintética. La primera lleva a uno de los fenómenos al Brahman Absoluto, mientras que por la segunda se sabe cómo el Brahman Absoluto aparece como el universo.

Haz tú mismo lo que desees que los demás hagan.

Los rishis de antaño alcanzaron el Conocimiento de Brahman. No se puede tener esto mientras haya el más mínimo rastro de mundanalidad. ¡Cuánto trabajaron los rishis! Temprano en la mañana salían del ermitorio y pasaban todo el día en soledad, meditando sobre Brahman. Por la noche regresaban al ermitorio y comían un poco de frutas o raíces. Mantenían su mente alejada de los objetos de la vista, el oído, el tacto y otras cosas de la naturaleza mundana. Solo así se dieron cuenta de Brahman como su propia conciencia interior.

Los vientos de la gracia siempre están soplando, pero debes izar la vela.

Quien quiere a Dios intensamente, lo encuentra. Ve y verifícalo en tu propia vida.

Si meditas en tu ideal, adquirirás su naturaleza. Si piensas en Dios día y noche, adquirirás la naturaleza de Dios.